España se exhibe y Luis Enrique cierra bocas: La Roja se mete en la final tras ganar a Italia (1-2)

  • Dos goles de Ferrán Torres en la primera parte rompieron el partido

  • Gavi hizo historia en la selección y no dudó en guiar al equipo

Ganó España y lo hizo con solvencia. La selección de Luis Enrique, con Gavi como titular haciendo historia, venció (0-2) a Italia en su casa. La Roja con dos golazos de Ferrán Torres en la primera parte se mete en la final de la Liga de Naciones. La apuesta del seleccionador fue un acierto ante una selección campeona de Europa que maquilló el marcador con un gol de Pellegrini.

Pese a que la primera ocasión fue italiana, con un disparo seco de Barella que sacó con una estirada Unai, nada detuvo a España. Marcos Alonso volcó el juego hacia la izquierda haciendo todo bien. Cada subida con criterio, pases al espacio, firme en defensa y rápido para frenar contragolpes. De su visión nació la primera, cuando Sarabia la puso atrás pero Oyarzabal se topó con Bastoni.

Gavi demostraba un oficio impropio de su DNI, frenando la única acción de un desaparecido Chiesa que debía ser referente pero que apareció caído a banda y alejado de su zona de influencia. Por ella, en el otro área, apareció Ferran Torres para rematar de primera un gran centro de Oyarzabal. Era el minuto 17 y la jugada nacía, como no, de Marcos Alonso.

Donnarumma, pitado por la afición de Milán

El héroe de Wembley, Donnarumma, mostró nervios. Silbado por su propia afición por su decisión de abandonar el Milan para jugar en el PSG. Sin ritmo de partidos le tembló el pulso dos minutos después del primer gol, ante un zurdazo de Marcos Alonso que no blocó y repelió la madera.

Italia, incapacitada de rescatar su fútbol sin superar el planteamiento español, debía dar un paso al frente y correr el riesgo de presentar el contragolpe a la velocidad de Ferran. Sus mejores momentos nacieron de imprecisiones en la salida de balón pero entre Unai y el poste evitaron el tanto del empate de Bernardeschi e Insigne perdonaba lo que un delantero no debe, con todo para marcar con el portero español vencido.

No hubo tiempo para la duda porque Gavi volvió a instalar el respeto en San Siro en una transición que culminó Oyarzabal con un disparo raso que sacó Donnarumma y por la mala decisión de Bonucci que le costó la expulsión. El partido se le ponía de cara a España y le asestaba un golpe definitivo en el tiempo añadido del primer acto. De nuevo el toque medido de Oyarzabal a la testa de Ferran para poner la firma al segundo.

Evitar la dureza italiana

Con el pase a la final en el bolsillo y esperando rival entre Francia y Bélgica, el encuentro para España se convirtió en evitar la dureza italiana con un ojo en el reloj. Pero da igual las circunstancias, que el carácter italiano siempre asegura caer de pie en caso de derrota. Subió la intensidad hasta el límite que permitió el colegiado y los cambios de Mancini aumentaron el músculo, con Kean mordiendo y aumentando la verticalidad.

Al estreno de Gavi se sumó el de Yeremy Pino, otro soplo de aire fresco sobrado de calidad en ataque. Lo hizo todo bien hasta un error en el cierre de un saque de esquina que provocó un dos contra uno y el tanto a placer de Pellegrini a siete minutos del final.

Era el castigo al único defecto que tuvo España, la falta de contundencia en las acciones de las que dispuso España para golear. Oyarzabal había mandado al lateral de la red un regalo de Yeremy y Donnarumma se lució a un zurdazo de Marcos Alonso al que solo le faltó el gol que enmarcase su partidazo.

Con la grada de San Siro resucitada, empujando hasta el final a su selección, Italia peleó hasta el último segundo pero España no sufrió y selló su pase a la final. Nueve años después dispone de la oportunidad de volver a conquistar un título tras ejecutar una dulce venganza.