Los testimonios de los testigos protegidos que relataron las torturas cometidas por la banda de Casper durante el juicio
Seis testigos protegidos relataron las torturas propinadas por la banda de Casper en el juicio: "Tenían absoluto terror'
El testimonio del infiltrado en la banda de Casper que logró frustrar sus planes: "A nivel psicológico es desgastador"
Una vez fueron detenidos y puestos a disposición judicial tuvo lugar un macrojuicio donde el testimonio del testigo protegido nº1 fue clave para condenar a Casper y a su banda de los delitos que se le imputaban.
Fue una "pieza angular" del sumario de más de 117 tomos, algo "inabarcable" en el que aparecían todas las operaciones y seguimientos que, una vez unidos a las escuchas, quedaron perfectamente hiladas con los secuestros, torturas y amenazas que 'Casper, el último padrino' recoge.
El testimonio clave del testigo protegido nº1
A las ocho de la mañana del 18 de diciembre de 2009, cuando él va a ir a trabajar se topa con cuatro hombres vestidos de guardias civiles lo abordan, lo esposan, lo encapuchan y lo meten en un vehículo. Las vigilancias lo captan llegando a la nave de Córdoba donde estaban organizando un vuelco de droga pero del que todavía no habían conseguido ninguna prueba. Sin embargo, la UDYCO no intervino porque no sabía qué estaba sucediendo, ni que tenían a alguien secuestrado.
Lo sacan del coche y lo sientan en una especie de sillón sin brazos, lugar en el que comienza la tortura. Le envuelven la cabeza en una especie de cinta de plástico y le explican que eso sirve para que no salpique cuando le disparen. "Imaginaos el miedo atroz que tuvo que sentir ese hombre", apunta Cruz Morcillo, quien recuerda que él confesó haber sido amenazado con violar y matar a su hija si no decía dónde se encontraba la droga.
Finalmente, el torturado confiesa ser conocedor de que el contenedor había llegado ya. Eso sí, antes le habían amputado el dedo gordo del pie izquierdo. Los de la banda de Casper querían saber más y le preguntaron sobre la localización de otro de ellos pero, al no tener la respuesta, es liberado.
Fue entonces cuando se pusieron en busca del encargado de la mercancía y lo amenazan enseñándole el muñón del compañero torturado y el dedo que le han cortado en un trapo. Este segundo empleado no tarda en dar la información que andaban buscando y se compromete a poner una baliza en el camión que se va a llevar ese segundo cargamento cuyo destino es Nebrija, Sevilla.
Las terribles torturas propinadas a cuatro narcotraficantes en Nebrija
Al llegar a Nebrija sin ser conocedor de dónde se encontraba la droga, se ve obligado a torturar a cuatro narcotraficantes más.
A uno de ellos le queman la espalda con un soplete produciéndole dos agujeros, hasta que consiguen despegarle la carne de las costillas. Otro de ellos fue golpeado con una barra de hierro hasta que le rompieron las piernas, mientras que otro fue sacudido en su casa con el atizador de la chimenea, rompiéndole ocho costillas y dejándole inconsciente. De esta manera, Casper consigue averiguar dónde está la droga, haciéndose con los 211 kilos que andaba buscando.
Al resto de narcos que fueron secuestrados y torturados les tuvieron que dar protección pese a que luego acabasen condenados porque "tenían absoluto terror", apunta la periodista. Sin embargo, Ángel Suárez Flores mantuvo durante el juicio que era un "ladrón de guante blanco", retando al juez constantemente y siendo "genio y figura casi hasta el final".