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Leo y sus chicas disfrutaban de un baño en la piscina, pero quería quedarse a solas con María y sus chicas se mostraron reacias a marcharse. Con la excusa de que fueran encendiendo el fuego, Leo consiguió que se marcharan pero, apenas surgió el primer beso, los celos se desataron: “No sabemos encender el fuego”, decían; Leo subió los brazos en señal de inocencia, pero lo cierto es que los besos, los abrazos y los celos, continuaron.











