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Tras un romántico paseo por la montaña, Sara quería poner un broche de oro a su cita de 24 horas con Álvaro. Y lo consiguió con fresas, velas, champán y un poco de nata. La pretendienta esperaba a su soltero muy sugerente y a él se le cambiaba la cara a penas verla. Aunque tuvieron un pequeño incidente con la bebida, Álvaro tuvo muy pronto claro lo que tenía que hacer: cubrir el cuerpo de Sara de nata.










