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Se las llevó, cómo no, a la piscina. Isidoro chapoteó con todas pero solo dos tuvieron la oportunidad de verle a solas. Primero le tocó a Mihaela, él le pidió explicaciones porque la veía un tanto ausente, ella le respondía que en el amor no hay que estar todo el día pegados… Mejor fue el encuentro con Natalia, tumbados en la cama, la mano de Isidoro se deslizó hasta el trasero de la chica pero ella le hizo retroceder con un sonoro manotazo. “He venido a conocer una pareja no a un tío para echar cuatro polvos ¿Es lo que quieres? Pues fóllate a todas y luego me llamas, pero me llamas para casarte conmigo o lo que quieras no para echarme cuatro polvos”, sentenciaba Natalia y a Isidoro le gustó aún más tras estas palabras.











