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Rubén ha querido relajar el ambiente después de la tensión que hubo entre Rosi, Graci y Ginna en la cena. Con la madre fuera de la ecuación y
de vuelta a España, el soltero ha llevado a sus chicas a una fiesta en la playa donde ha pasado de besarse con una a besarse con la otra. A Graci esta actitud no le ha parecido nada bien y se ha puesto a llorar, mientras que Ginna, sabedora de su atracción sexual, no le ha dado tanta importancia.



















