'Supermax': nos vamos a Río de Janeiro para traerte detalles de nuestra nueva serie

Esther L.Calderón 25/05/2016 16:17

Más de un millón setecientos mil metros cuadrados de terreno. Una selva dentro que ocupa el 70% del espacio. Seis platós para interiores. Decenas de exteriores, entre ellos una favela completa o una aldea del siglo pasado con iglesia y plaza. Un equipo especial de efectos especiales que se encarga de las explosiones y de 'despedazar' cuerpos. Una nave de atrezzo en la que se construyen en madera, a la vez, varios escenarios. Un edificio para vestuario que alberga 300.000 prendas propias en circulación. Central de bomberos, ambulancias, autobuses y 300 carritos de golf en continua circulación para atender a las 15.000 personas que trabajan ahí cada día. Los estudios de Globo los mayores de Latinoamérica, producen al día el equivalente a tres películas de dos horas, unas 2.700 horas de fición al año. Uno de esos rodajes es el de Supermax, que ha comenzado hace poco más de un mes.

Rubén Cortada se quita el mono naranja y se pone un traje para las entrevistas con los seis medios españoles acreditados que hemos volado desde Madrid. Se lo ha traido su representante desde España, porque lleva cinco semanas sin apenas ponerse otra ropa. El ritmo de rodaje es alto y las condiciones son a veces complicadas por la lluvia (en Brasil es otoño), el frío en las escenas de los celotes y los mosquitos, sobre todo cuando ruedan cerca de la 'mata', como llaman los cariocas a la selva que rodea las instalaciones ladera arriba. "La verdad es que tengo suerte, a mí apenas me pican", dice el cubano.

"Me apetecía cambiar de registro, dejar a un lado lo físico y probar con un personaje destartalado y turbio, que tiene un defecto en una pierna y anda mal", explica Cortada, que se ha dejado barba poblada. "Se llama Mercurio y es un animalejo. Una bestia enjaulada a quien han encerrado en una cárcel para competir en un reality, pero pronto se verá que el premio no es su objetivo, sino una persona concreta", explica a Cuatro.

Eso sí, Cortada no ha dejado pasar la oportunidad de aprender a bailar samba en el poco tiempo que tienen libre (ruedan también los sábados): "Fuimos una noche a bailar y no lo cogía, hasta que por fin conseguí mover músculos que no conocía: con la samba hay un ritmo nuevo dentro de tu cuerpo", explica entre risas el actor, todo un experto en salsa.

Cecilia Roth, muy querida por el público español gracias a 'Todo sobre mi madre' y 'Mantin (Hache)', vuelve con esta serie a nuestra parrilla. "Echo mucho de menos España y ahora que mi hijo es más mayor me apetece volver", nos explica entre escena y escena. Precisamente será el hijo el talón de Aquiles de su personaje, aunque de un modo muy diferente: "Hago de Pamela Dalmazo, que está un poco chalada (risas). Su hijo ha muerto pero no lo acepta y viene a este lugar a reencontrarse con él: no acepta que se fue y habla con los fantasmas que la atormentan", explica la argentina.

El ambiente es amable, pero intenso. Son muchas horas de planos, pausas y repelente de mosquitos. Llevan cinco semanas rodando sin apenas salir de esta ciudad de ficciones y, tal y como nos cuenta Roth, es casi "un reality dentro del reality". Santiago Segura ha llegado el último a Brasil, aunque lleva varios días a tope. Su alter ego es Orlando Zaslavsky, el presentador, para quien el programa es también una segunda oportunidad: "Es un ser muy mezquino, le despiden por corrupción, de hecho, pero diez años después le dan esta oportunidad y está entusiasmado”, explica el creador de Torrente.

"¿Mi inspiración? He hecho un Frankestein de presentadores. Me gustaba mucho cómo masticaba las palabras Hermida, habrá detalles de Jesús Vázquez… todo sin parodiar, es solo inspiración”, nos cuenta. Se trata de un personaje clave y desde el comienzo Burman pensó en el madrileño para el papel. "Llegar al set y que esté Santiago es una vacación, impregna todo de alegría y entusiasmo. Soy un gran fan de Torrente y pensé en él desde el principio para este papel", explica el director argentino.

"Básicamente esta serie plantea qué les pasa a ocho personajes que intentan dejar atrás sus fantasmas y sus culpas y que cuando empiezan a interactuar de repente se ven en el espejo emocional de los otros. Yo la defino como transgénero, porque transita la aventura, el romance, el suspense, lo policial… es muy disruptiva en su estructura y bastante provocadora”, explica Burman desde la sala de reuniones de la sede de Globo, rodeada de vegetación y orquídeas. Al fondo, aparece un mono. “Somos nuestras neurosis y nuestras contradicciones”, añade.