Identifican seis indicadores para detectar el cáncer de mama más agresivo
Noticias Cuatro / Agencias
01/09/201808:30 h.Los científicos del CNIO publican en Nature Communications una clasificación exitosa de pacientes de cáncer de mama triple negativo que por primera vez discrimina a las que se curan de las que podrían recaer. También identifica nuevas dianas farmacológicas y apunta cómo en pacientes con estas dianas podrían ser efectivos tratamientos combinados con fármacos ya existentes.
El cáncer de mama menos común, pero también más agresivo y más difícil de tratar, es este llamado triple negativo. En esta variante no ha sido posible identificar marcadores que permitan clasificar a las pacientes según su pronóstico o su probabilidad de responder a un tratamiento u otro.
Ahora se han identificado seis proteínas quinasas cuyo estado funcional predice la evolución de este tipo de cáncer de mama. Además, los investigadores han hallado la manera de que el estudio de estas proteínas pueda hacerse en los hospitales, de forma que en el futuro sea una prueba clínica tan habitual como lo es hoy el análisis del perfil genético de cualquier tumor, informa la Agencia SINC.
“Hasta ahora no ha sido posible establecer una relación entre la presencia de determinadas mutaciones en cáncer de mama triple negativo y un pronóstico, o la respuesta a fármacos”, explica el oncólogo Miguel Ángel Quintela, director de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del CNIO y autor principal del trabajo que ahora se publica. “Nosotros demostramos por primera vez que la proteómica puede ser usada para predecir la evolución del cáncer de mama triple negativo, y para seleccionar combinaciones de parejas de fármacos candidatos a ensayos clínicos”.
El objetivo es que el estudio de las seis quinasas identificadas sea en el futuro una prueba clínica tan habitual como lo es hoy el análisis del perfil genético de cualquier tumor.
Seis quinasas informan sobre probabilidad de recaída
Estas seis quinasas desempeñan un papel clave en el cáncer de mama triple negativo. Algunas habían sido estudiadas antes, pero hasta ahora "no había ninguna razón para fijarse en ellas", subraya Quintela.
La validación de los resultados con 170 pacientes confirmó el valor de las seis quinasas como marcador. Aquellos pacientes en que ninguna de estas proteínas estaban activas tenían un 95% probabilidad de curarse, o al menos de no haber recaído doce años después del tratamiento. En cambio bastaba con que solo una de las seis quinasas estuviera activa para que el riesgo de recaída se multiplicara por diez.
Estas seis quinasas se pueden inhibir farmacológicamente, y contra algunas de ellas ya hay fármacos en uso. Es más, para probar la relevancia clínica de su hallazgo los investigadores estudiaron en xenoinjertos, y en xenoinjertos derivados de pacientes –tumores procedentes de pacientes trasplantados a ratones–, la actividad antitumoral de 15 combinaciones distintas de fármacos, y la relacionaron con el perfil de activación de las seis quinasas.
Hallaron combinaciones en las que se consiguió una “prometedora actividad antitumoral”, escriben en Nature Communications. En concreto, 15 combinaciones en diez modelos diferentes –150 situaciones– lograron un efecto terapéutico superior al de la suma de los efectos terapéuticos de cada fármaco por separado en el 99,3% de los casos.
Hacia una nueva prueba clínica sobre activación de las quinasas
El análisis del estado funcional de las proteínas no puede hacerse hoy de manera rutinaria en los hospitales, pero los autores han traducido los patrones de activación de las quinasas a indicadores de inmunohistoquímica, que sí pueden analizarse fácilmente en los hospitales.
Actualmente los investigadores se centran en “validar estos marcadores en otros estadios de su enfermedad, estandarizar las determinaciones de las quinasas a modo de test diagnóstico y en organizar ensayos clínicos utilizando las combinaciones terapéuticas descritas en este trabajo en pacientes con enfermedad avanzada”, concluye Quintela.