El experimento demuestra que, aunque la Inteligencia Artificial sea rápida, no reemplaza la supervisión y seguridad de un entrenador cualificado
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Las redes sociales se han llenado de cuentas que explican cómo pedirle a la inteligencia artificial que diseñe rutinas de entrenamiento “personalizadas”, gratuitas y casi inmediatas. Una propuesta que se ha viralizado, con más de 350.000 compartidos, asegura que un entrenador personal cuesta 100 euros y que la IA ofrece “lo mismo” sin pagar nada. Para comprobarlo, Sandra Mir creó una rutina siguiendo exactamente las instrucciones del tuit y descubrió que el método puede tener más riesgos que beneficios.
El sistema pide introducir datos como la edad, el peso, la altura, los objetivos, los días de entrenamiento y el material disponible. Con la información proporcionada (48 años, 65 kilos, 1,67 metros, objetivo ganar masa muscular, tres días de entrenamiento y mancuernas de 5, 10 y 12 kilos) la IA generó un plan completo en apenas 30 segundos, un programa aparentemente ordenado y estructurado.
Para evaluar la calidad de la rutina, se trasladó el entrenamiento a un gimnasio, replicando exactamente el material declarado a la IA. Allí, el director deportivo de GO Fit, Eugenio Pérez, analizó el programa y comprobó en primera persona si las propuestas eran adecuadas. Aunque la distribución de los días de entrenamiento era correcta, en cuanto se empezaron a ejecutar los ejercicios aparecieron los problemas.
La IA recomendaba realizar un 'press' de pecho con mancuernas de 10 a 12 kilos, una carga que resultó claramente excesiva para un perfil sin valoración previa. Según explica Pérez, ningún profesional prescribiría ese peso sin conocer la forma física real de la persona. El riesgo de lesiones, añade, aumenta de forma notable cuando se utilizan cargas inadecuadas.
El segundo ejercicio, una subida a un cajón alto, evidenció un fallo aún más serio: la IA no tiene en cuenta lesiones preexistentes, porque ni las pregunta ni las valora. En este caso, la usuaria tenía un menisco operado, una condición que convierte este movimiento en totalmente contraindicado. La falta de este tipo de información, considera el especialista, invalida por completo cualquier plan de entrenamiento.
La Inteligencia Artificial no sustituye a un profesional
El análisis final de Eugenio Pérez es claro: la rutina generada por la inteligencia artificial no supera la evaluación profesional. La ausencia de preguntas sobre lesiones, la prescripción de cargas inadecuadas y la falta de adaptación real al estado físico convierten el entrenamiento en un riesgo innecesario.
El experimento demuestra que, aunque la inteligencia artificial pueda generar rutinas rápidas y aparentemente completas, no reemplaza el criterio, la supervisión ni la seguridad que aporta un entrenador cualificado. En el ámbito del ejercicio físico, la personalización y la prevención siguen siendo esenciales.
Si quieres, puedo prepararlo con un tono más televisivo, más divulgativo o en una versión más corta.


