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¿Podrá sustituir la IA a los científicos? El debate empieza en la Universidad de Stanford

¿Podrá sustituir la IA a los científicos? El debate empieza en la Universidad de Stanford
Captura de pantalla del Congreso Agents4Science 2025. Redacción digital Noticias Cuatro
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La inteligencia artificial sigue rompiendo barreras, y esta vez lo ha hecho en uno de los terrenos más exigentes: el científico. Se acaba de celebrar el primer congreso académico en el que todos los estudios han sido elaborados y revisados por sistemas de IA, sin intervención humana en la autoría.

El encuentro, promovido por la Universidad de Stanford, buscaba poner a prueba hasta dónde pueden llegar estas tecnologías en la producción de conocimiento. “Es una cosa experimental. Yo creo que es una prueba que han hecho para ver qué pasa y hasta dónde puede llegar la Inteligencia Artificial”, explica Carles Sierra, director del Instituto de Investigación con IA.

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Aunque la bienvenida al evento la dio una persona, los protagonistas no fueron los investigadores de carne y hueso. Los trabajos presentados estaban firmados únicamente por inteligencias artificiales. Se enviaron más de 300 estudios y solo se aceptaron 80, una selección que también realizaron las propias máquinas.

En teoría, según esas IAs, eran los mejores”, comenta Sierra. “En ningún congreso que yo conozca, las inteligencias artificiales han decidido que se rechazara un artículo”.

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La organización corrió a cargo de un grupo de jóvenes investigadores, pero, según el experto, “evidentemente, es un entorno serio”. La iniciativa marca un antes y un después en la relación entre ciencia e inteligencia artificial.

Un punto de inflexión

Hasta ahora, la IA se ha utilizado como herramienta de apoyo para los científicos, ayudando en tareas como el análisis de datos o la revisión de literatura. Pero el hecho de que una máquina firme una investigación abre un debate ético y epistemológico profundo.

La IA va a ser un asistente científico importante, pero no va a hacer ciencia”, advierte Sierra. Según él, hay dos aspectos esenciales que las máquinas no poseen: “Los sistemas de inteligencia artificial no tienen ninguna intención y no tienen conocimiento sobre lo que es importante o no lo es. No tienen ninguna categoría moral”.

Por eso, el papel humano sigue siendo indispensable. “Todavía estamos un poco lejos de pensar que la Inteligencia Artificial se puede utilizar sin supervisión humana”, señala el investigador. La idea, añade, no es ver a las máquinas haciendo ciencia, sino ayudando a los científicos a avanzar más rápido.

Gracias a ella, vamos a poder analizar cientos de artículos de manera muy rápida”, explica. Esa capacidad de procesar información masiva en segundos puede revolucionar la forma de investigar.

¿Hasta dónde podrá llegar la IA en la ciencia? Sierra cita una frase del físico Niels Bohr: “Predecir es muy difícil, especialmente el futuro”. Y aunque el horizonte es incierto, una cosa parece clara: la inteligencia artificial ya no es solo una herramienta, sino un nuevo actor en el escenario científico.