Cómo ser 'Boy Scouts': todo lo que debes saber para apuntar a tus hijos o convertirte en voluntario
En España el movimiento cuenta con cerca de 60.000 miembros activos
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Basta con ver un campamento, una mochila llena de parches o una pañoleta al cuello para despertar la curiosidad: ¿qué hace falta para ser scout? ¿Cómo se apunta un niño o una niña? ¿Y si soy adulto, puedo sumarme como voluntario? En España, donde el movimiento cuenta con cerca de 60.000 miembros activos, este sigue siendo una de las fórmulas educativas más vivas y valoradas fuera del ámbito escolar.
Sin embargo, es importante saber que entrar no es tan automático como rellenar un formulario web. Hay que conocer cómo se organiza el movimiento, qué perfiles existen y, sobre todo, dónde está tu grupo más cercano.
Un movimiento con historia… y con estructura
Lo primero que conviene saber es que no existe en España la denominación "Boy Scout", sino que se les conoce simplemente por "Scouts". Además, también es importante ser conscientes de que no hay una única organización “Boy Scout” en España. Actualmente existen dos grandes entidades bajo el paraguas de la Federación de Escultismo en España (FEE): la ASDE-Scouts de España (de carácter laico) y el Movimiento Scout Católico (MSC).
Cada grupo scout tiene autonomía organizativa, pero siguen un mismo esquema educativo por edades, dividido en ramas o unidades. Aunque puede haber diferencias de nombre, la estructura general es común:
- Castores (6–8 años)
- Lobatos (8–11 años)
- Scouts (11–14 años)
- Escultas/Pioneros (14–17 años)
- Rovers/Compañeros (17–21 años)
A partir de los 21 años, ya no se entra como educando, sino como voluntario adulto. Desde ese momento, es posible colaborar como monitor, responsable o educador scout. Según Scouts MSC: “Todos los grupos están formados por voluntarios adultos que acompañan los procesos educativos desde su tiempo libre y compromiso social”.
Cómo inscribir a tus hijos (o a ti mismo)
A diferencia de otras actividades, no existe un formulario único de inscripción a nivel nacional. Cada grupo scout gestiona sus altas de forma local, normalmente en colaboración con centros cívicos, asociaciones vecinales o parroquias, dependiendo de la entidad a la que pertenezca. Para saber dónde está tu grupo más cercano, puedes consultar los mapas interactivos de las webs de Scouts MSC o de Scouts ASDE.
Una vez localizado el grupo, lo habitual es acudir a una reunión informativa al inicio del curso (en septiembre u octubre) o solicitar plaza directamente a través de contacto telefónico o correo electrónico. Se suele pedir para realizar la inscripción:
- Formulario de alta firmado por el padre, madre o tutor legal
- Ficha médica
- Fotocopia del DNI del menor (si lo tiene)
- Autorización de imágenes (en algunos casos)
- Pago de una cuota anual, que varía según grupo, pero suele oscilar entre 60 y 120 euros
Este pago incluye seguro, materiales y participación en actividades habituales. En casos de dificultades económicas, los grupos suelen ofrecer ayudas internas. Así lo indica Scouts ASDE en su sección de preguntas frecuentes: “Ningún niño o niña se queda sin participar por motivos económicos”.
Qué hacen los scouts… y qué no
La imagen del “niño que aprende a hacer nudos” se queda corta. Las actividades scouts van desde el trabajo en equipo hasta la sensibilización ambiental, pasando por rutas, acampadas, proyectos de voluntariado, juegos cooperativos o asambleas juveniles. Pero no hay exámenes ni boletines de notas: el escultismo es educación no formal basada en la acción, el aprendizaje por experiencia y el desarrollo personal.
Como explica la propia Organización Mundial del Movimiento Scout: “El Movimiento Scout no es una escuela ni una actividad puntual: es una experiencia de vida orientada a formar ciudadanos comprometidos y autónomos”.
El papel de los adultos: más que monitores
Sin adultos comprometidos, no hay grupo scout que funcione. Por eso, además de inscribir a sus hijos, muchas madres, padres y jóvenes se implican como voluntarios. El requisito mínimo es tener más de 21 años, aunque algunos grupos aceptan colaboradores desde los 18.
También es necesario presentar el certificado negativo de delitos sexuales, obligatorio para trabajar con menores desde la reforma de la Ley de Protección a la Infancia. A partir de ahí, el grupo proporciona formación básica, acompañamiento y un marco educativo claro.
Scouts MSC resume así su propuesta: “El compromiso como responsable educativo es libre, gratuito y voluntario, pero exige una implicación real con el grupo y con el itinerario educativo de los chicos y chicas”. No es necesario haber sido scout antes, aunque sí se valoran perfiles con experiencia en educación, tiempo libre o acción social.
Reconocimiento oficial y utilidad práctica
Más allá de la experiencia personal, el escultismo está reconocido por la administración pública como actividad de interés educativo. La Federación de Escultismo forma parte del Consejo de la Juventud de España, y las titulaciones de monitor scout están homologadas en varias comunidades autónomas.
Además, en muchas universidades españolas, la participación como voluntario scout puede convalidarse como prácticas de tiempo libre en grados como Educación Social, Pedagogía o Psicología, a través de convenios específicos. Para más información, es recomendable consultar con la delegación regional de Scouts MSC o ASDE.
