Los alumnos con TEA se han multiplicado pero el número de especialistas para brindarles una correcta atención no crece
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Santiago de CompostelaPancartas, carteles y gritos inundan las puertas del IES Agra das Raíces de Cee, en A Coruña. Aquí el profesorado lleva años denunciando la falta de medios para dar cobertura a los alumnos con necesidades especiales. En este y otro centro de la provincia la protesta ha ido más allá: los padres han decidido que no llevarán a sus hijos a clase hasta que se tomen medidas, informan en el vídeo Laura Queijeiro y Nuria Fresneda.
El número de estos estudiantes, que padecen sobre todo TEA, se ha multiplicado en los últimos 10 años. Los recursos destinados a su atención, cuidado y correcta inserción en el sistema educativo, en cambio, apenas han aumentado. Las familias alertan de que otros padres empiezan a rechazar que sus hijos compartan clase con alumnos especiales por el tiempo que requieren.
Padres y profesorado, unidos por el bien de los niños
"Menos recursos y más alumnos. Ya no nos dan las cuentas", sentencia Leticia Quintela, profesora en el Agra das Raíces. A las puertas del mismo, grupos de padres protestando por la falta de profesores de apoyo. En este centro se han triplicado los estudiantes que necesitan apoyo, pero no los especialistas. Los primeros en sufrirlo, los pequeños.
Es el caso del hijo de María, que padece autismo "y ahora también ansiedad", asegura su madre. "Viene de Primaria, es todo nuevo y no tiene los apoyos que necesita", se lamenta. Hay múltiples casos como el suyo. La hija de Yolanda sufre una discapacidad y ella teme por que no reciba los cuidados necesarios. "Con las necesidades de los que entraron este año y con los que había anteriormente los profesores no pueden”, señala.
Un 75% más de alumnos, un 31% más de fondos
Su percepción es correcta. El número de estudiantes que requieren apoyo en los centros públicos españoles supera actualmente el millón. Han crecido un 75% en seis años. En cambio, los fondos para atenderlos solo se han incrementado un 31%, según un informe de CCOO. El diagnóstico precoz de trastornos del habla o la movilidad y la llegada de estudiantes extranjeros con dificultades con el idioma están detrás de ese incremento.
La indignación es la misma en Rianxo, A Coruña. Los padres se concentran a las puertas del colegio. Detrás de las pancartas está Tamara, madre de un niño de seis años, a punto de cursar primero de Primaria y que padece autismo. "Tiene una discapacidad reconocida y un grado de dependencia en grado dos. Es un niño que computa por tres", añade.
Pero en su escuela de Rianxo apenas se cubre el 20% de las necesidades en Audición y Lenguaje, y el 50% en Pedagogía Terapéutica. "Necesitan ese apoyo de esas horas de atención especializada para que puedan avanzar. Es lo que dice la ley”, reitera Tamara.
Necesidades sin cubrir que generan conflicto con el resto de alumnos
Y es que, si no hay profesores especializados, el tiempo extra que requieren habitualmente los alumnos especiales sale de las clases ordinarias. Un problema que acaba repercutiendo en la totalidad del alumnado y que genera un estigma, apunta Alejandra, madre de un niño con autismo.
"La diversidad es buena para un aula, pero mal atendida no es buena", resume ella. "Hace que las familias nos estigmaticen porque con estos niños en clase es muy difícil atender, trabajar y ponen el foco en cómo son los niños y no en que no tenemos recursos para atender a esos menores", recalca. Sin medios para ellos, dicen, la educación inclusiva no existe.


