La ola de calor golpea más fuerte en los barrios pobres: hasta 5 ºC más por falta de árboles y sombra en calles de Madrid

La ola de calor golpea más fuerte en los barrios pobres: hasta 5 ºC más por falta de árboles y sombra en calles de Madrid
En barrios vulnerables, el calor no se va: noches tropicales, casas a 44 ºC y estrés crónico por falta de sombra. Informativos Telecinco
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España deja atrás una de las peores olas de calor, y en esto también hay diferencia entre barrios ricos y los más modestos: entre los que cuentan con árboles y vegetación en sus calles, y los que no. Así se ha sufrido el calor en una de las zonas menos adineradas de Madrid.

Son las 14:00 horas de la tarde en uno de los peores días de la ola de calor en España. Los termómetros marcan casi 41 grados en una calle del barrio madrileño de Vallecas. Más adelante, a pocos metros de distancia, descienden a 36. La diferencia es clara: un tramo de la calle no tiene árboles, el otro está bajo la sombra.

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Vallecas es uno de los barrios más pobres de Madrid y, como él, muchos otros reclaman más vegetación. "En cuanto estás un rato a la sombra, se nota", comenta una vecina.

Un grupo activista vecinal de Vallecas ha medido las diferencias de temperatura con cámaras térmicas

Un grupo activista vecinal de Vallecas ha medido las diferencias de temperatura con cámaras térmicas. "La idea era coger calles que estuviesen cerca, pero que tuviesen el mismo ancho, el mismo número de coches", explican.

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Los meteorólogos corroboran esta diferencia. "Su impacto en las personas es muy elevado. El asfalto, las superficies de cristal, la falta de arbolado... crean verdaderos hornos dentro de la ciudad." A las 00 horas de la noche puede haber una diferencia de hasta 4 grados entre una calle y otra. "Tener árboles tiene un impacto sobre cómo te vas a despertar mañana", añaden.

Dentro de casa, la situación se agrava. Al tocar una ventana o una pared, la temperatura puede alcanzar entre 35 y 44 grados. Ese calor se irradia durante todo el día. Los vecinos denuncian que esto afecta a su salud física y mental. En verano, uno de cada tres ciudadanos no puede refrescar su vivienda. "Sufrimos la entrada del calor por el mal aislamiento que tienen las ventanas", explica un residente, mientras muestra imágenes térmicas del interior de su hogar.

"Eso coge mucha temperatura... ahí se ven los puentes térmicos: la viga, las viguetas... todo con altas temperaturas", añade. Desde Greenpeace exigen que se invierta más en soluciones estructurales para hacer frente a estos fenómenos meteorológicos extremos, que cada vez son más frecuentes e intensos.