¿Por qué el calor también afecta a la mente?: desde ansiedad e irritabilidad hasta pérdidas de memoria
El calor afecta especialmente a las mentes de niños, mayores y aquellos que padecen algún trastorno neurológico previo
Estrés térmico: ¿en que consiste esta afección que se agrava con el calor extremo?
La práctica totalidad del país está viviendo estos días un episodio de calor que, si bien no bate récords, está siendo muy prolongado en el tiempo. Las altas temperaturas capaces de provocar estragos en el cuerpo: solo en los cuatro primeros días de agosto Sanidad ya ha reportado 19 fallecimientos por calor. En esta ocasión, los expertos recuerdan que el calor también tiene efectos en la mente.
Sus efectos en el cerebro son diversos. Afecta tanto a la función cognitiva como a las emociones. La atención y la memoria salen perjudicadas pero también buena parte de las personas se presenta más irascible y de mal humor.
El calor extremo altera cómo gestionamos las emociones
El calor extremo afecta al funcionamiento de la mente humana. No es extraño sentir desgana o hastío en las tardes más abrasadoras de verano. Esto ocurre porque el cuerpo humano se esfuerza todo el tiempo por mantenerse a menos de 37ºC. Cuando el termómetro marca cerca o por encima de esa temperatura, tiene que trabajar más para conseguirlo y obtiene los recursos quitándoselos al lóbulo frontal.
Esta área del cerebro se encarga, sobre todo, "de la capacidad de razonar y de concentrarse", apunta Manuel Viso, médico y divulgador científico. "Entonces, cuando se sobrecarga este lóbulo, la persona está más irritable y tiene menos capacidad de atención", añade. Elaborar cualquier actividad que requiera de lógica será más tedioso en situaciones de mucho calor como la actual.
Por otro lado también afecta al sistema límbico, que controla las emociones. En este sentido, afirma Viso, es normal que algunas personas "estén más apagadas o incluso más deprimidas, con más ansiedad". No por nada las calles están vacías a mediodía y la siesta es costumbre en toda la cuenca del Mediterráneo.
Puede causar complicaciones más serias en las personas vulnerables
La alteración de la conducta que producen las altas temperaturas se nota especialmente entre niños y ancianos. Ellos son los más vulnerables, junto a quienes ya padecen algún trastorno psicológico o neurológico, pues algunas de estas dolencias se ven potenciadas. Mientras los pequeños "se desesperan", las personas mayores "en momentos de calor a veces se desorientan, pierden la relación temporal, espacial y la memoria", advierte Viso.
Tomás Torres, especialista en medicina interna, recomienda poner el foco en quienes ya sufren alguna enfermedad: "Desde que empieza el verano, con el aumento de calor, las personas que tienen ciertos trastornos médicos empeoran y acaban más en ingreso". Entre sus indicaciones, "descansar, refrescarse y ventilar las habitaciones". Para los más mayores, fundamental mantener las rutinas lo máximo posible.
