¿Por qué algunos medicamentos comunes no se deben mezclar con el calor extremo?

Algunos medicamentos comunes como los antidepresivos, diuréticos o para la tensión pueden alterar la regulación térmica del cuerpo haciendo que ciertos pacientes no soporten las altas temperaturas
Por qué algunas personas nunca tienen resfriados: el hallazgo científico
Cuando llegan los meses de verano, el calor extremo se convierte en una de las preocupaciones más recurrentes. Pero, los expertos advierten de otro riesgo mucho menos conocido: muchos medicamentos comunes pueden ser peligrosos si se combinan con las temperaturas extremas de las olas de calor. Fármacos como antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos, antipsicóticos, estimulantes para TDAH o antibióticos pueden incrementar el riesgo de deshidratación, dificultad para regular la temperatura o golpes de calor, siendo en algunos casos, incluso mortales.
Durante una ola de calor, el cuerpo humano activa mecanismos fisiológicos para poder disipar el exceso de temperatura. El objetivo es mantener la temperatura corporal entre 36-37º y para ello se aumenta la sudoración, la vasodilatación cutánea y una mayor frecuencia respiratoria.
El problema llega cuando ciertos medicamentos interfieren con estos mecanismos naturales. Algunos como los antipsicóticos, inhiben la sudoración, haciendo que le sea al cuerpo muy complicado enfriarse adecuadamente. Otros, como son los diuréticos, favorecen la pérdida de líquidos y electrolitos, lo que hace que también sea muy difícil regularse. Incluso hay medicamentos que alteran la percepción de la sed, lo que puede llevar a una deshidratación sin darse cuenta.
Cuando la temperatura es muy elevada, estos mecanismos pueden verse sobrepasados. Si una persona está deshidratada o toma fármacos que inhiban la sudoración o reduzcan el flujo sanguíneo periférico, la temperatura corporal puede aumentar suponiendo un peligro para esa persona, provocando una hipertermia. A partir de los 40º de temperatura central, puede llegar a producir daño cerebral, fallo multiorgánico y, si no se actúa con rapidez, incluso se puede producir la muerte.
Este riesgo es aún mayor cuando se trata de personas mayores, crónicas, polimedicadas o con enfermedades cardiovasculares, renales o neurológicas.
¿Cuáles son los medicamentos más peligrosos en condiciones de calor?
Antidepresivos y antipsicóticos
Algunos antidepresivos pueden alterar la regulación térmica al bloquear la acción de la acetilcolina, un neurotransmisor esencial para la sudoración. Además, algunos pueden reducir la percepción de sed, lo que va a hacer que pueda ser difícil que se mantenga la hidratación adecuada.
Los antipsicóticos también pueden interferir en el centro hipotálamico que controla la temperatura corporal, pudiendo provocar síndrome neuroléptico maligno, un trastorno potencialmente letal que se agrava en situaciones de calor extremo.
Diuréticos e hipertensivos
Los diuréticos inducen la pérdida de sodio, potasio y agua a través de la orina. En verano, esto puede causar una deshidratación rápida, sobre todo en personas mayores. Además, algunos hipertensivos reducen la respuesta vasodilatadora para conseguir disipar el calor, lo que favorece la retención de calor en el cuerpo.
Estimulantes del sistema nervioso
Estos fármacos aumentan la temperatura corporal basal y reducen la percepción del sobrecalentamiento. También pueden reducir el apetito y la ingesta de líquidos, lo que hace que sea más fácil sufrir agotamiento por calor o un golpe térmico.
Antihistamínicos
Los antihistamínicos clásicos tienen propiedades anticolinérgicas, lo que significa que pueden inhibir la sudoración. Además, pueden inducir somnolencia o desorientación, dificultando la percepción de los primeros síntomas del golpe de calor.
Antibióticos fotosensibilizantes
Algunos antibióticos como la doxiciclina o el ciprofloxacino aumentan la fotosensibilidad de la piel, haciendo que se puedan sufrir quemaduras solares severas incluso con exposiciones al sol leves.
¿Cuáles son las consecuencias clínicas del mal uso de medicamentos por calor?
Cuando el cuerpo no se puede adaptar correctamente al calor debido al efecto de ciertos fármacos, pueden aparecer desde síntomas leves hasta complicaciones más graves como:
- Calambres por calor: debido a la pérdida de sales minerales y deshidratación.
- Deshidratación severa: puede producir fatiga, hipotensión, mareo y riesgo de síncope.
- Insuficiencia renal aguda: por reducción del volumen circulante y toxicidad aumentada de medicamentos.
- Golpe de calor: se trata de una emergencia médica. Se da con fiebre, confusión, convulsiones pudiendo provocar el coma.
- Trastornos del ritmo cardíaco
- Interacciones tóxicas: por la acumulación de medicamentos en sangre si la función renal está alterada por la deshidratación.
Estas complicaciones, aunque son poco frecuentes en condiciones normales, son mucho más probables cuando se dan olas de calor intensas si se combinan los ciertos medicamentos.
¿Quiénes son las personas más vulnerables?
Las personas más vulnerables a los efectos de esta combinación de calor extremo con ciertos medicamentos son, sin duda, los mayores de 65 años, ya que a medida que se envejece, el organismo pierde eficacia para regular la temperatura corporal, la sensación de sed disminuye y la capacidad de sudoración se reduce, lo que puede aumentar el riesgo de deshidratación. A este riesgo se le suma que, algunas personas mayores toman múltiples fármacos a diario, muchos de los cuales tienen potenciales efectos secundarios cuando la temperatura exterior se dispara.
También se deben extremar las precauciones con los niños pequeños, ya que su sistema de regulación térmica está en desarrollo y tienen mayor dificultad para poder expresar síntomas como sed, fatiga o mareos. Las personas con movilidad reducida o enfermedades neurológicas que dependen de otros para su hidratación o cuidado también corren riesgos similares.

