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Libertad financiera: pensar que se trata de ser rico y otros errores que lastran tu gestión del dinero

Definir cuál es tu “suficiente” ayuda a acercarse a esa libertad. Freepik
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Cuando se habla de “libertad financiera”, muchos piensan que es ser ricos, sin más. Tener ingresos millonarios, propiedades lujosas o un estilo de vida muy alto. Sin embargo, este pensamiento no es más que una visión muy superficial de este término. Un pensamiento que puede obstaculizar los esfuerzos que se hagan para gestionar mejor el dinero. La realidad es que la libertad financiera tiene más que ver con el control, tomar decisiones alineadas con los valores personales y con la estabilidad económica, algo que no tiene que ver con la riqueza extrema.

Hay muchos errores relacionados con la libertad financiera, desde la idea de que para conseguirla hay que tener un salario muy alto para alcanzarla, hasta pensar que solo se podrá conseguir cuando se esté libre de cargas financieras. Estas creencias solo consiguen frenar o ralentizar el camino para conseguirla. En este artículo, analizaremos algunos de estos errores que pueden hacer más compleja la gestión del dinero.

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Error 1: creer que la libertad financiera es ser rico

Esta es una de las creencias más populares. Muchos piensan que solo quien tiene un gran patrimonio o altos ingresos puede sentirse financieramente libre. Esto no es real. La base de la libertad financiera es gestionar mejor lo que ya se tiene, no cuánto se gana o cuánto se tiene.

Muchas personas con ingresos en la media pueden conseguir esa ansiada libertad financiera. Es cierto que un salario alto puede hacer que sea más fácil conseguirla, pero todo es cuestión de saber manejar lo que ya se tiene. Si una persona con ingresos medios vive en un lugar donde el coste de vida no es alto, puede conseguir un mayor control de su dinero, y por tanto mayor libertad financiera, que una persona con un salario alto que viva en una ciudad con un alto coste de vida.

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Error 2: ver la libertad financiera como una cifra fija mágica

Otra idea equivocada es pensar que existe un número específico que marca la libertad financiera: tener un patrimonio X, una rentabilidad Y y como resultado se consigue la jubilación a los 35 años. Esta mentalidad es un freno más que una ayuda.

La libertad financiera no depende de una cantidad determinada ni tampoco de una fecha exacta. Se trata de poder tomar decisiones sin tener que depender exclusivamente del dinero. La clave es definir cuánto es “suficiente” para una persona y estipular esta cantidad en función de los valores que se tienen ahora, no de expectativas externas.

Error 3: pensar que se podrá dejar de trabajar

Muchos asocian esta libertad con dejar de trabajar y disponer de todo el tiempo del mundo. Pero los expertos en el tema destacan que no se trata de no hacer nada, sino de poder escoger a qué dedicarle el tiempo.

Si se consigue esta libertad financiera a los 35-40 años, todavía quedan muchos años de vida por delante. ¿Se va a estar sin hacer nada durante décadas? Muchas personas que lo consiguen continúan trabajando, ya sea por vocación, pasión o propósito, pero ya no por necesidad. Se trataría más en escoger cuándo, cómo y por qué trabajar.

Error 4: hay que tener un plan perfecto y sin errores

La gestión financiera puede verse afectada por la llamada parálisis por análisis. Esto pasa cuando se busca tener el control absoluto antes de actuar. Al no saber cómo empezar de manera perfecta, no se empieza. Es cierto que un plan es muy recomendable, pero no es algo imprescindible o no tiene que ser perfecto.

La libertad financiera trata de ser flexible y de adaptar este plan al estilo de vida que se tenga y a las metas que vayan surgiendo. Lo importante es construir, ajustar y aprender sobre la marcha.

Error 5: pensar que tener un control del dinero implica vivir sin disfrutar la vida

Muchos pueden confundirse y pensar que para conseguir la libertad financiera se tiene que renunciar a todo momento de ocio y diversión que tenga la vida. La realidad es bien distinta: no se trata de vivir con una austeridad extrema, sino de gastar con intención escogiendo bien donde se pone cada euro.

La clave es encontrar el equilibrio entre disfrutar y también tomar decisiones inteligentes con el dinero. Se puede disfrutar de la vida mientras se ahorra o se invierte y no se compromete la estabilidad financiera.

Error 6: pensar que se debe estar libre de deudas para empezar

Si se espera estar completamente libre de deudas para centrarse en construir la libertad financiera se puede tardar décadas. Muchas personas ya dan pasos hacia su independencia financiera mientras gestionan sus deudas con criterio.

Lo más importante es tener un plan claro para poder liquidar esas deudas mientras se ahorra o se invierte para un futuro libre financieramente.

Error 7: fijarse solo en los números y olvidarse de vivir

Acumular patrimonio no garantiza una vida plena. Cuando uno se enfoca solamente en generar riqueza puede dejar a las personas vacías si no se tiene en cuenta la parte emocional, personal y de propósito de conseguir la libertad financiera.

Para muchos la verdadera libertad financiera es conseguir tiempo, mantener relaciones sanas, tener un propósito sin que el dinero suponga una preocupación o un problema.