Aprender a calcular qué porcentaje de los ingresos se puede dedicar al ocio va a ayudar a mantener una buena salud financiera
“Presupuesto emocional”: cómo gastar en lo que te hace feliz sin sentir culpa ni arruinarte
El ocio forma parte de nuestras vidas. Salir a cenar el fin de semana, disfrutar de un concierto, una escapada improvisada o disfrutar de series y películas en streaming nos permite desconectar y reducir el estrés. Pero, cuando estos pequeños placeres se comienzan a acumular sin control, pueden convertirse en una amenaza silenciosa para la estabilidad financiera.
Saber cuánto se destina al ocio se ha vuelto más importante que nunca debido al contexto económico en el nos encontramos. Muchas personas no son conscientes de cuánto gastan en entretenimiento al mes, y cuando no se ponen límites claros, se termina sacrificando el ahorro, se incurre en deudas o se retrasan pagos importantes. Sin embargo, sí que es posible disfrutar sin poner en riesgo la salud financiera. Sencillamente, habría que seguir unas reglas básicas de presupuesto y una estrategia realista.
El ocio sí, pero con límites: ¿qué porcentaje del presupuesto?
Disfrutar del ocio es una parte esencial del bienestar emocional y mental. Salir a cenar, viajar, ir al cine o a un concierto son actividades que ayudan mucho a salir de la rutina e ir desconectando del estrés diario. Sin embargo, cuando estas actividades se realizan sin una planificación ni control, pueden llegar a ser un lastre para la salud financiera. Por lo que, establecer un porcentaje razonable del presupuesto mensual que esté exclusivamente destinado al ocio es fundamental para evitar desequilibrios.
Economistas y asesores financieros coinciden en que, por lo general, se debe destinar entre un 10% y un 15% del ingreso neto mensual para ocio. Consideran que es una proporción razonable para dedicar a este fin. Esta cifra permite un margen suficiente para disfrutar, sin comprometer los gastos esenciales ni el ahorro.
Por ejemplo: si una persona gana 1.200 euros al mes, podría destinar entre 120 y 180 euros al mes a ocio. Si gana 2.000 euros, esta cantidad aumentaría hasta los 200-300 euros. Éste se considera un rango sostenible en el tiempo, siempre que se cumplan ciertas condiciones como que se mantenga el ahorro mínimo mensual recomendado que se sitúa entre el 10 y el 20% del ingreso, y que no se acumulen deudas por consumo.
¿Qué factores influyen en el porcentaje ideal?
Esta regla general siempre hay que adaptarla a la situación personal de cada individuo o familia. Algunos factores clave que son capaces de condicionar este gasto ideal en ocio son:
- Nivel de endeudamiento: si se está devolviendo un préstamo o tarjeta de crédito, la prioridad debería ser saldar esa deuda lo antes posible antes de ampliar el presupuesto para ocio.
- Objetivos de ahorro: cuanto mayor sea la meta que se tiene para ahorrar como comprar una casa, hacer un máster o un viaje concreto, menor debe ser el gasto en ocio hasta que se consiga la cifra objetivo.
- Coste de vida: vivir en una gran ciudad encarece tanto el ocio como los gastos básicos. El presupuesto siempre tiene que estar adaptado a la realidad que viva cada persona.
- Situación familiar: no es lo mismo una persona que vive sola que una que tiene familia con hijos, donde el ocio familiar puede suponer una partida más alta pero también más planificada.
¿Qué pasaría si se supera el 15%?
Cuando el ocio comienza a representar más del 20% del presupuesto mensual de forma constante, hay que estar atentos. No se trata solo del gasto puntual, sino de las señales que indican que el ocio está absorbiendo más recursos de los que se recomienda:
- Se llega justo a fin de mes o se necesita recurrir a la tarjeta de crédito para cubrir los gastos básicos.
- No se consigue ahorrar o se recurre al fondo de ahorro para costear ciertas actividades de entretenimiento.
- Se tienen suscripciones o hábitos lúdicos que apenas se usan, pero que se siguen pagando, convirtiéndose en un “gasto fantasma”.
- Se evita revisar los movimientos bancarios para no enfrentar la realidad.
Todos estos son síntomas de un desequilibrio presupuestario. Y aunque el ocio es importante, hay que recordar que el placer inmediato no puede comprometer la seguridad financiera futura.
¿Qué alternativas responsables existen?
Establecer un porcentaje máximo o una cantidad límite en el gasto de ocio no tiene por qué ser una renuncia a disfrutar de planes, se debe ver como una manera de priorizar. Se puede seguir disfrutando de tiempo lúdico pero con una estrategia:
- Planificarlo con antelación: si se sabe que se desea asistir a un evento caro, disfrutar de un fin de semana de desconexión, se recomienda que esto se prevea y reservar una parte del presupuesto mensual durante varios meses para ello.
- Usar sobres o cuentas separadas: una buena idea para controlar el gasto es tener una cuenta solo para ocio y transferir cada mes el importe límite. De esta manera se evita gastar más de la cuenta y cuando sobre algo de meses anteriores, se puede ir acumulando.
- Revisar los hábitos: se debe hacer un análisis trimestral de los gastos en ocio. A veces un sencillo ajuste en frecuencia o tipo de actividades puede permitir ahorrar sin dejar de disfrutar.


