No utilizar una cuenta bancaria durante años puede dar lugar a comisiones inesperadas, cancelaciones y pérdida de acceso a ese saldo
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Hoy en día, tener diferentes cuentas bancarias abiertas es algo muy habitual: una para recibir la nómina, otra para ahorrar, otra más para compartir gastos con la pareja o con compañeros de piso y otra para gastar. Muchas de estas cuentas, con el paso del tiempo, dejan de usarse y se olvida que existen, quedando inactivas durante meses o incluso años. Todo el mundo cree que si no se utilizan, no generan costes. La realidad es que mantener una cuenta abierta, aunque no sea utilizada, puede implicar más riesgos de lo que puede parecer.
Una cuenta bancaria sin movimientos durante un periodo largo de tiempo puede acarrear comisiones por mantenimiento, lo que puede derivar a descubiertos involuntarios y hasta la pérdida del saldo del que se disponía. Si pasan demasiados años, ese dinero incluso puede ser transferido al Estado sin que el titular se dé cuenta. Lo peor es que muchas personas descubren estas situaciones cuando ya es demasiado tarde para poder reaccionar.
¿Qué es una cuenta inactiva?
Según el Banco de España, una cuenta se considera inactiva si no tiene ningún movimiento durante un periodo prolongado, aunque eso no quiere decir que esté cancelada. Aunque no se ingrese ni retire dinero, el banco puede aplicar comisiones de mantenimiento según las condiciones que se firmaron al abrirla. Además, debido a esto, podrían surgir descubiertos, con sus correspondientes intereses, si las comisiones consumen todo el saldo.
Comisiones inexplicables: cobrar por no usar
Uno de los aspectos más desconcertantes para muchos usuarios es descubrir que una cuenta inactiva ha generado comisiones. Aunque pueda parecer algo ilógico pagar por algo que no se usa, lo cierto es que la mayoría de los bancos españoles incluyen en sus condiciones contractuales una comisión de mantenimiento, que se cobra de manera periódica, sin tener en cuenta si esa cuenta se usa o no. Estas comisiones suelen oscilar entre los 12 y los 240 euros al año, dependiendo del tipo de cuenta que sea, del banco y del perfil del cliente.
Lo que más preocupa es que, en cuentas con saldo bajo o casi nulo, estas comisiones pueden dejar la cuenta en números rojos. Esto quiere decir que, el usuario no solo pierde el dinero que tenía, sino que puede acumular una deuda con el banco sin siquiera saberlo. Este tipo de descubierto por comisiones puede derivar en reclamaciones de impago, inclusión de ficheros de morosidad e incluso en la imposibilidad de contratar productos bancarios en el futuro.
En muchas ocasiones, los usuarios se enteran de esta situación cuando reciben una carta de una agencia de recobros o cuando intentan abrir una nueva cuenta. Por esto, es esencial revisar con cierta regularidad todas las cuentas abiertas y cancelar aquellas que ya no se usen.
¿Puede cerrar el banco una cuenta por inactividad?
Sí, un banco puede cancelar una cuenta bancaria por inactividad, aunque debe hacerlo respetando unas condiciones muy concretas. La Ley de Servicios de Pago y las normativas del Banco de España permiten a las entidades cerrar cuentas corrientes o de ahorro si no se han registrado movimientos durante un periodo prolongado, normalmente es superior a seis meses o un año.
Esta decisión suele estar contemplada en el contrato de apertura de cuenta, aunque muchos usuarios no son conscientes de ello. La principal razón es que mantener una cuenta abierta, aunque esté inactiva, sigue generando un coste para la entidad.
Sin embargo, la cancelación unilateral por parte del banco no está exenta de obligaciones: debe notificarse con una antelación razonable al titular, por medios fehacientes, como una carta certificada o notificación electrónica si así se pactó. Si el cliente no ha sido avisado debidamente, el cierre puede considerarse irregular.
Además, si la cuenta ha generado comisiones o descubierto durante ese periodo en el que no fue utilizada y no se ha informado con claridad, el consumidor tiene derecho a reclamar. Muchos usuarios descubren que su cuenta ha sido cerrada cuando ya ha sido dada de baja, por lo que no pueden acceder a su saldo remanente o movimientos anteriores, lo que puede hacer muy complicada la recuperación de esos fondos o la justificación de pagos pasados.
Cómo reclamar comisiones o cancelaciones indebidas
Si un banco ha cobrado comisiones por una cuenta que no se ha utilizado o se ha cancelado sin previo aviso, el usuario tiene todo el derecho a presentar una reclamación formal. El primer paso tiene que ser contactar con el servicio de atención al cliente del banco, solicitando por escrito la devolución del importe que se ha cobrado o la reapertura de la cuenta si ha sido cerrada de manera improcedente.
Se recomienda aportar cualquier documentación relacionada con ello, como contrato, extractos o comunicaciones recibidas, y dejar constancia de la solicitud mediante un canal verificable, como puede ser correo certificado o formulario oficial en la web de la entidad.
Si la respuesta no es satisfactoria o no llega en un plazo de dos meses, el siguiente paso es acudir al Servicio de Reclamaciones del Banco de España, el cual actúa como mediador entre clientes y entidades financieras.
Este proceso no tiene coste y permite presentar la reclamación de manera online a través de su página web. Es importante señalar que, aunque este organismo no tiene capacidad sancionadora directa, sí que puede emitir un informe favorable que muchos bancos acatan para evitar conflictos mayores o posibles sanciones. Si el caso es más complejo, también se puede acudir a los tribunales, aunque suele ser un último recurso debido al tiempo y los costes que puede tener.


