La clave radica en detectar las maniobras de marketing y actuar con criterio
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En un escenario comercial saturado de estímulos, el reclamo del "día sin IVA" se ha convertido en una herramienta publicitaria poderosa. No obstante, su denominación es meramente simbólica: técnicamente, el impuesto sigue recaudándose. El ahorro realmente efectivo depende de la base imponible, y los trucos previos a la oferta pueden neutralizar la ventaja. La clave radica en detectar las maniobras de marketing y actuar con criterio para transformar una supuesta ganga en una compra inteligente.
Claves para no dejarse engañar
Los días sin IVA no suponen una exención fiscal real. Lo que ofrecen los comercios es un descuento equivalente al importe del IVA, aplicado sobre la base imponible, no sobre el precio final. En la práctica, eso implica que si un artículo cuesta 121€, la rebaja lo sitúa en 100€, lo que representa un ahorro del 17,36%, no del 21% anunciado. Esta distorsión es el primer indicio de una promoción inflada.
Además, iniciativas como las grandes ventas del "día sin IVA" o el Black Friday tienden a incorporar estrategias de precio dinámico. Las empresas elevan el precio días antes para luego simular un fuerte descuento, aunque solo estén devolviendo el valor original. Un reciente informe de Asufin reveló que los precios en tecnología llegaron a aumentar un 1,5% en el mes previo, lo que permite anunciar rebajas casi ficticias.
Las autoridades han comenzado a actuar. La Dirección General de Consumo impuso multas por valor cercano a los 350.000€ a siete plataformas por tácticas como inflar precios antes del Black Friday, haciendo pasar la bajada por una oferta auténtica . Del mismo modo, el uso de expresiones ambiguas como “hasta agotar stock” obliga a indicar el número de unidades o duración concreta. La falta de transparencia puede conllevar sanciones de hasta 100.000€.
Por tanto, no es solo cuestión de dinero: se trata también de legalidad y protección al consumidor.
Estrategias para comprar con inteligencia
- Comparar precios reales antes de la oferta: Consulta historiales de precios mediante extensiones de navegador o comparadores online. Así sabrás si el descuento es genuino.
- Calcular el ahorro exacto: Divide el precio “sin IVA” entre 1,21 para conocer la diferencia real. Si no coincide con el descuento anunciado, es señal de alerta.
- Leer la letra pequeña con detalle: Comprueba exclusiones de producto, marcas, tallas o condiciones de envío. Una rebaja parcial puede reducir a casi nada el ahorro.
- Evitar compras bajo presión emocional: Si escuchas expresiones como “solo hoy” o “hasta agotar stock”, pregúntate cuántas unidades quedan realmente. La urgencia impuesta puede ser una artimaña.
- Aprovechar promociones reales y subvencionadas: En lugar de confiar en campañas falaces, existen iniciativas como el Plan Renove de electrodomésticos, que ofrece subvenciones transparentes vinculadas al ahorro energético y no a tácticas de precio.
Aunque el descuento nominal del 21 % pueda tentar, en muchas ocasiones otras campañas ofrecen ventajas más reales. Por ejemplo en campañas como Black Friday y las rebajas de verano se pueden encontrar descuentos reales del 25 % o más sin necesidad de inflar precios previos.
Los días sin IVA y otras promociones no son malos per se, pero pueden engañar. El consumidor con criterio, equipado con datos, herramientas comparativas y capacidad crítica, puede transformar el marketing en oportunidad auténtica. Informarse, contrastar precios, calcular ahorros reales, protegerse frente a falsas urgencias y elegir campañas reguladas es la estrategia más efectiva para ahorrar sin exponerse a trampas legales o económicas.


