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El truco del "viaje señuelo": cómo usar los buscadores para que te muestren vuelos y hoteles más baratos

Se puede aplicar para vuelos y hoteles. Freepik
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Los buscadores de viajes pueden parecer los mejores aliados para encontrar los vuelos y hoteles más económicos. Sin embargo, lo que no siempre se conoce es que los precios que aparecen primero suelen estar impulsados por la inteligencia artificial, optimización de publicidad, cookies o incluso “telling pricing”: estrategias diseñadas para incitar una reserva rápida y sin más búsquedas.

Pero, existe una estrategia astuta, conocida como el truco del “viaje señuelo”, la cual consiste en simular un destino concreto para que los buscadores puedan ofrecer las opciones más asequibles. En este artículo, compartiremos paso a paso cómo poder aplicarlo para no pagar de más o caer en trampas digitales.

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Cómo “aprenden” los buscadores

Lo primero que hay que saber es cómo funcionan los buscadores. Éstos utilizan técnicas de personalización avanzada, según se navega, van recopilando información -ubicación, frecuencia de búsqueda, preferencias o cuántas veces se consulta un vuelo- y van ajustando los precios que van enseñando para convencer al usuario de reservar antes de que el precio pueda subir.

Además, se tiene que tener en cuenta el efecto psicológico que muchas empresas, tanto de vuelos como hoteles, aplican. Se trata del “tiempo limitado”, cuando utilizan frases como “solo quedan 2 asientos”, “precio sube en 3 minutos”, “última habitación disponible”. Esto aumenta mucho la conversión, aunque no siempre refleje la realidad del mercado.

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¿Qué es el viaje señuelo?

El viaje señuelo es una técnica muy sencilla pero potente, para poder aplicarlo simplemente hay que seguir estos pasos: abrir un buscador de vuelos, puede ser Google Flights, Skyscanner o Kayak. Se escribe un trayecto ficticio que no se quiera hacer, por ejemplo: Barcelona-Tallin. Después, se cambia ese destino por el real que realmente interesa, por ejemplo: Barcelona-Roma.

En muchos casos, al hacer este cambio, el algoritmo recalcula y enseña tarifas más bajas del mismo operador, porque “resetearon” la búsqueda y desaparecen muchas cookies o registros.

Algunos estudios, como los publicados por Skyscanner en 2024, mostraron que esta estrategia puede reducir el precio mostrado entre un 5% y un 20%, dependiendo de la aerolínea o destino. El efecto es parecido en la búsqueda de hoteles: si antes se buscó una ciudad durante unos días, se debe cambiar el destino y posteriormente, se vuelve a buscar para que el buscador pueda enseñar tarifas más competitivas.

Para optimizar más este truco, se debe activar el modo incógnito o borrar las cookies antes de realizar las búsquedas reales. Así se va a evitar que el sistema considere que ese vuelo u hotel ha sido buscado varias veces y continúe aplicando precios inflados.

También se recomienda que se combine la búsqueda con aplicaciones móviles y el propio ordenador. Incluso, también se recomienda un segundo navegador sin cookies.

Por último, se pueden utilizar las alertas de precio. Configurando alertas en Skyscanner o Google Flight, se pueden recibir notificaciones si hay cambios. Este viaje señuelo combinado con alertas permite alcanzar tarifas realmente bajas.

Buscar hoteles económicos: mismo modo, misma lógica

En el caso de los hoteles, el viaje señuelo también puede ayudar a conseguir una tarifa más baja, pero también a desbloquear promociones que estén ocultas que los buscadores solo aplican para nuevos usuarios o para búsquedas “frescas”. Al simular que se busca en un destino que no tiene gran demanda, el algoritmo puede reajustar el “perfil de cliente” y ofrecer tarifas menos infladas cuando se regresa al destino real.

Además, algunos comparadores como Booking, Expedia o Trivago utilizan el historial de búsqueda para decidir qué orden de resultados van a mostrar. Esto quiere decir que, si el sistema detecta que se llevan varios días buscando un mismo alojamiento, podría colocar opciones más caras o con menos flexibilidad. Cambiar de destino antes de iniciar la búsqueda real, puede romper este patrón, y devolver los precios iniciales más competitivos.

Errores comunes que se deben evitar

Uno de los errores más habituales es no fijarse en el tipo de tarifa que se está reservando: en ocasiones, el precio más bajo que aparece tras aplicar el truco puede corresponder a tarifas no reembolsables o con condiciones muy estrictas. Otro fallo muy común es no comparar el precio del buscador con el del hotel o la aerolínea directamente, ya que en ocasiones, las webs oficiales igualan o mejoran la tarifa. Muchas personas utilizan siempre los mismos buscadores, evitando algunos comparadores más responsables y también menos agresivos en subida de precios por repetición como Momondo, Kayak o Trivago.

También hay que tener cuidado con confiar únicamente en el viaje señuelo sin haberlo combinado con otras estrategias de ahorro, como reservar con antelación en temporada alta o aprovechar cupones. Por último, otro error es no revisar la política de cambios: si el precio bajo implica renunciar a la flexibilidad, este ahorro puede convertirse en un gasto aún mayor si surge cualquier imprevisto.