La convivencia en pisos compartidos exige una gestión transparente de los gastos comunes para evitar conflictos y revisar los pagos periódicamente para mantener la armonía
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Compartir piso es una realidad cada vez más frecuente, sobre todo entre los jóvenes, estudiantes o trabajadores que buscan reducir los costes de vivienda. Aunque vivir con compañeros puede ser una experiencia enriquecedora, también puede generar tensiones si no se gestionan bien aspectos clave como pueden ser los gastos comunes. Estos gastos como luz, agua o internet suelen formar parte del presupuesto colectivo, algunos incluso incluyen comida o productos de limpieza, y no siempre se reparten de forma justa o transparente.
La importancia de tener reglas claras desde el principio
Cuando se comparte un piso, es fundamental establecer desde el principio un sistema de reparto de gastos. Si no hay reglas claras puede derivar en conflictos que pueden escalar con el tiempo. Para evitar problemas, los expertos recomiendan acordar por escrito, aunque sea de una manera informal, qué gastos van a compartirse y cómo se van a repartir.
Para crear estas normas se deben responder a algunas preguntas al comienzo de la convivencia como:
- ¿Se va a dividir todo a partes iguales o en función del uso?
- ¿Quién será el responsable de pagar cada factura?
- ¿Cómo se van a registrar los pagos y los reembolsos?
- ¿Se va a crear un fondo común para productos del hogar?
Establecer estos criterios reduce la incertidumbre y mejora mucho la comunicación entre compañeros, evitando problemas futuros por no resolver estas preguntas.
Aplicaciones que facilitan la gestión de gastos compartidos
Hoy en día, gestionar los gastos comunes ya no requiere de libretas ni cuentas complejas. Existen muchas aplicaciones gratuitas que permiten llevar un control detallado de los pagos, repartir costes automáticamente y saldar cuentas pendientes con mucha facilidad.
Splitwise
Esta es una de las aplicaciones más populares para dividir gastos. Permite crear grupos de compañeros de piso, registrar pagos individuales o colectivos, asignar qué parte corresponde a cada uno y calcular los saldos deudores. Además, genera recordatorios automáticos para saldar deudas y está disponible tanto para web como para móvil.
Tricount
Esta aplicación es muy intuitiva para dividir gastos por porcentajes o cantidades fijas. Su principal ventaja es la posibilidad de exportar informes detallados para poder realizar una revisión conjunta. Además, funciona sin tener necesidad de crear una cuenta y es ideal para quienes no quieren ningún tipo de complicación.
Fintonic
Aunque se trate más de una aplicación de gestión financiera personal, permite categorizar gastos, identificar patrones de consumo y saber cuánto se va a destinar mensualmente a suministros o gastos comunes. Es muy útil para inquilinos que quieran mantener un control general de su economía.
Bizum + Excel o Google Sheets
Muchas personas prefieren utilizar herramientas más tradicionales combinadas con servicios de pago inmediato como es Bizum. Al crear una hoja de cálculo, se pueden ir categorizando pagos, organizando el documento como se prefiera y ahí se pueden anotar pagos e incluso, hacer que el propio documento haga operaciones automáticas según se necesiten. Por ejemplo, para saber cuánto se gasta de cada categoría, quién ha pagado más o para establecer un presupuesto más ajustado.
Tipos de gastos y cómo se pueden dividir
No todos los gastos se suelen repartir igual. Por eso, es muy importante poder distinguir entre los que son fijos, variables o individuales:
- Gastos fijos: serían el alquiler, comunidad o internet. Estos se deberían repartir a partes iguales, salvo que alguien consuma más internet, o se hayan establecido pagos individuales por habitaciones.
- Gastos variables: luz, agua o gas. Se suelen dividir a partes iguales.
- Gastos comunes no mensuales: en esta categoría estarían productos de limpieza, papel higiénico, bombillas, etc. Lo ideal es que haya un fondo común para estos gastos.
- Gastos individuales: podrían ser compra de comida, si se tiene por separado, compras personales, suscripciones o comida privada. Esto, evidentemente, no entraría en el reparto.
¿Cuáles son las claves para evitar conflictos en la convivencia?
Se recomienda hacer una reunión mensual para poder poner sobre la mesa todos los gastos y poder saldar deudas pendientes. Estas deberían saldarse como mucho cada mes para evitar que se acumulen y que puedan surgir tensiones entre compañeros. Además, el método que se escoja para introducir los gastos debe estar actualizado para poder ser lo más transparente posible. Por otro lado, se debe comunicar cualquier cambio para poder ajustar el presupuesto a ello.
¿Qué pasaría si hay impagos o desacuerdos?
Si alguien no quiere pagar lo acordado, lo primero que se debe hacer es hablarlo por privado. Si no hay una solución, es recomendable dejar constancia por escrito del acuerdo inicial, y en último caso, acudir a mediación o incluso valorar acciones legales si el importe es elevado y hay pruebas suficientes.
En contratos de alquiler conjuntos, todos los inquilinos son responsables solidarios del pago. Por esto, una buena práctica es que cada uno de ellos firme un anexo interno donde se detalle su responsabilidad sobre los gastos compartidos del piso.


