Los aranceles de Trump mantienen en vilo a las empresas españolas: ¿quién pagará este incremento?

Las empresas españolas viven con incertidumbre y preocupación la guerra de los aranceles desatada por Donald Trump. En algunos casos, la entrada en vigor de los aranceles les ha pillado con los productos de camino a Estados Unidos. Según informan Patricia Vallés, Dani Berbel, Lorelei Esteban y Marta Alcázar en el vídeo, es el caso de Nortoliva, a quien la imposición de aranceles ha pillado con un barco con toneladas de aceite camino de Estados Unidos. Sus responsables se mueven ahora entre la incertidumbre y la preocupación de saber qué ocurrirá.

A la empresa Nortoliva, la imposición de aranceles les ha pillado con un barco cargado de toneladas de aceite camino de Estados Unidos. Un cargamento que salió cuando todavía no se habían aprobado, pero que llegará con las tasas en vigor.

Ahora, la empresa se encuentra a la espera y con la incertidumbre de saber si finalmente el cliente americano alegará costes sobrevenidos y rechazará ese pedido. Si esto ocurriese las pérdidas podrían ascender hasta los 60.000 euros.

Además, en sus almacenes tienen mercancía parada a la espera de viajar a otros lugares. La empresa ya está en contacto con otros clientes para llegar a algún tipo de acuerdo, aunque aseguran que en caso de tener que hacer frente a esos aranceles, en último caso, quien los tendrá que pagar será el cliente.

Jordi Guiu, gerente de Nortoliva, explica que las pérdidas puedes ser “cerca de unos 800.000 a un millón de euros y devolver los contenedores aproximadamente son unos 10.000 euros por contenedor, tenemos que preguntar a nuestro cliente como ve este 20% de aumento del precio del producto y como ve el mercado americano si realmente el consumidor va a asumir este aumento de precio”.

Las empresas temen perder clientes por el incremento de precios

Como Nortoliva hay otras muchas empresas afectadas por los aranceles de Donald Trump. Una de ellas es Texia, una empresa que fabrica servilletas de algodón desechables para hoteles y restauración de lujo. Los americanos son sus principales clientes y suponen, aproximadamente, entre un 25% y un 30% de su facturación.

Con la llegada de los aranceles el producto se puede encarecer un 20%. Según explica el director general, Marcos Guasch, “una parte irá contra el margen, por desgracia, del producto y otra parte ira a aumentar el precio al consumidor final”.

De este 20% de incremento del precio, un 8% se lo quitarán del margen de beneficio y el resto, un 12% lo pagarán los clientes. “No tenemos más remedio que aumentar el precio del producto a los hoteles de lujo”, explica.

Con esta subida del precio del producto temen perder clientes, “estamos preocupados, a ver cómo reaccionan los clientes, teniendo en cuenta que es un producto muy sensible al precio. Podemos perder algún cliente, eso es evidente”.

Aun así no se plantean abrir una planta de producción en Estados Unidos. “No está sobre la mesa trasladar la producción”, afirma Guasch, “nosotros decisiones tectónicas de alcance estratégico no las vamos a tomar por situaciones coyunturales políticas. Ni hablar”. Su estrategia será la de esperar y aguantar el tirón de la mejor forma posible.

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