Todos los problemas con los que se ha encontrado José Antonio para grabar 'Mzungu, Operación Congo'

  • "Tenemos problemas para grabar porque ha habido tantas guerras"

  • "Las infraestructuras son terribles, las carreteras están destrozadas"

  • "Quería que el dinero llegase adonde tiene que llegar"

Motivado por su determinación de emprender un proyecto solidario, José Antonio deja todo atrás y se propone construir una escuela para los niños más necesitados en una de las zonas más pobres y violentas del mundo: el este de la República Democrática del Congo.

En su intento, esto es lo que ocurrió.

Durante un largo periplo, José Antonio Ruiz y sus dos operadores de cámara consiguieron llegar a la ciudad de Kisangani, en la República Democrática del Congo. Kisangani es la tercera ciudad del país, tiene casi un millón de habitantes y se la conoce con el nombre de Stanleyville, en honor a Henry Morton Stanley, un explorador británico quien se hizo famoso por la frase: “Doctor Livingstone, supongo”.

Una vez allí se toparon con un problema, la policía local les empezó a seguir, las personas que estaban con ellos en el viaje estaban muy asustadas porque tenían miedo a que les parecen porque sabían que llevaban cámaras. Y eso es lo que sucedió, antes de que les parasen, José Antonio pidió a Sergio que apagara su cámara menos la oculta de las gafas. Se identificaron, era la guardia republicana y después, les pidieron que les acompañasen al cuartel. Pero José Antonio consiguió que les dejaran irse pagando “unas propinillas para que las autoridades no nos quitasen las cámaras”, ha relatado el aventurero.

Tras llegar al río Congo, José Antonio Ruiz quiso grabar con su equipo unos totales donde quería contar cómo surgió la idea de su proyecto ‘Mzungu’ y por qué decidió emprender esta aventura en este país. Al principio parecía que no iban a tener ningún problema pero solo por sentarse cerca del río, “nos han pedido 15 dólares”, ha contado José Antonio.

Pero enseguida les empezaron a llamar la atención y les rodearon, pidiéndoles que dejaran de grabar que se estaban saltando el tiempo de lo que habían acordado. Muy agobiados, José Antonio, su equipo y Paul, salieron corriendo del lugar para que no les quitaran las cámaras.

José Antonio: “Que si no pagamos, el conductor va a la cárcel”

Mientras continúa su viaje por el Congo, José Antonio y su equipo se encuentra con un nuevo control de policía, y una vez más les piden dinero. El aventurero con mucha calma dialoga con las autoridades pero lo único que quieren es que les den algo de dinero. Primero les piden 100 euros, después 200 y al final bajan a 25 euros. Tienen que negociar durante un buen rato con ellos porque no están dispuestos a que se vayan sin pagar nada. José Antonio les intenta convencer de que no tienen mucho porque son cinco en el viaje y tienen que