José Antonio, sus operadores de cámara y Paul, el guía que les acompaña, se han acostumbrado a comer solo una vez al día, “como los perros”, bromea el aventurero. Y la comida que hacen es el desayuno, en esta ocasión han podido parar y van a comer un enorme plato de patatas. Necesitan muchas calorías para aguantar hasta el día siguiente. Cuando les han traído los platos, José Antonio se ha dado cuenta que eran enormes y no sabía si iba a poder con todo.