José Antonio y su equipo, atascados en el barro con el coche: “No nos podemos quedar en estos caminos porque hay bandidos y rebeldes”

  • Al final consiguen salir del barro con palas y un tractor

Paul ha localizado a los mejores trabajadores cualificados para que construyan la escuela de primaria en Meía, José Antonio decide ir a conocerlos a su aldea. Una vez allí habla con cada uno de ellos: “Estoy contento de haberos encontrado”, les dice. Y todos se muestran encantados de colaborar.

A su regreso a casa, tienen un percance. En cuanto que llueve en el Congo tienen muchos problemas en las carreteras, se llenan de barro y muchas veces es muy difícil atravesarlas. Y en muchas ocasiones los coches acaban atascados. José Antonio y su equipo tienen que esperar a que un coche que va delante salga del barro porque es muy estrecho el camino, “hasta que no pasen ellos, nosotros no podemos pasar, es lo que hay”, cuenta resignado José Antonio. Como era de esperar, se les hace de noche. Cuando ya el otro coche consigue salir, el coche del aventurero también acaba atascado en el barro y Pitúa y Ushaya tienen que ir a pedir ayuda a una aldea.