Un grupo armado asalta a José Antonio y su equipo durante la noche: “Les da igual, te matan y quién se va a enterar”

  • Entre amenazas y empujones, le bajaron del coche y le quitaron todo lo que llevaba encima

José Antonio y todo el equipo vivieron unos momentos verdaderamente tensos cuando volvían del campo de desplazados. Se les había hecho tarde y tuvieron que viajar por la noche, a pesar de lo peligrosas que pueden ser las carreteras congoleñas a esas horas. Cuando José Antonio estaba conduciendo se encontraron de frente con un grupo armado que, entre gritos y empujones, le bajaron del coche y le quitaron todo el dinero que llevaba encima. Por fortuna, a pesar del enorme susto, nadie salió herido.

Ya en su destino, José Antonio cogió la cámara para contarnos lo que le pasaba por la cabeza. No paraba de darle vueltas a lo sucedido. “No es tanto el dinero. No dejo de darle vueltas al tío ese que me ha empujado y me ha dado en el hombro… Y al de atrás, armado, con la mirada perdida… Esas personas a las que todo les da igual, tan tranquilos te matan. Te quedas ahí y ¿quién se va a enterar? Asusta un poco”, reflexionaba.

El campo de desplazados de Mugunga

Tras muchos esfuerzos, por fin José Antonio y su equipo lograron entrar en el campo de desplazados de Mugunga. Aquí vieron una de las caras más duras del Congo. La guerra y los conflictos armados son los principales culpables de que muchas personas no puedan volver a sus hogares y tengan que vivir en este lugar. Lo hacen en pequeñas tiendas de campaña hechas de plástico, que en muchas ocasiones está roto y no les protege de la lluvia.

Durante la visita, José Antonio pudo conocer de primera mano la historia de varios refugiados, como Sadike Meshuma. Lleva seis años viviendo en el campo con su mujer y sus dos hijos, un bebé y una niña pequeña. Pide ayuda para sacarlos adelante ya que las duras circunstancias en las que viven le impiden darles alimento y estudios.

Contratiempo en la escuela

Un importante contratiempo ha paralizado las obras de la escuela: la motosierra se ha roto. Pero, además, la gente ha dejado de trabajar. ¿A qué se debe esto?

José Antonio está enfadado porque todo se ha parado de repente y no entiende muy bien las razones. El brujo le cuenta que hay que hacer un ritual para que los espíritus les ayuden a arreglar la motosierra. Además, le dice que la gente no trabaja porque antes de iniciarse las obras no se dio alcohol a los ancianos del pueblo, como es tradición. El aventurero se queda muy sorprendido por todo lo que está escuchando, aunque opta por respetar las costumbres locales. ¿Arreglarán los espíritus la motosierra?