La parte más dura del Congo: el campo de desplazados de Mugunga
La gente no tiene comida ni agua y vive en precarias tiendas de campaña hechas de plásticos rotos
José Antonio y su equipo consiguieron, tras muchos esfuerzos, los permisos para entrar en el campo de desplazados de Mugunga y mostrarnos de primera mano una de las realidades más duras del Congo. “Es la consecuencia visible de los conflictos armados”, explica Ruiz.
La realidad de la gente que vive aquí es muy dura: no tienen agua ni comida y toda la familia en unas pequeñas tiendas de campaña hechas con plásticos, que en muchos casos están rotos y hacen que, cuando llueve, terminen empapados.
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Durante la visita conocimos a varias personas que contaron su dura historia. Entre ellos, a una mujer cuya familia fue asesinada en la guerra. “No podemos volver y las cosas aquí son muy difíciles”, explica. Aun así, ella lucha por sus hijos. José Antonio entró a su tienda, un espacio realmente pequeño donde guarda un bidón de agua, cacerolas y la cama donde duerme con sus pequeños. “Es una situación de desamparo total”, dice José Antonio.
La única actividad que permite a los habitantes del campo ganarse unas monedas es recoger lava y hacerla trozos pequeños que después se venden. Aparte de eso, no hay más, solo sufrimiento. Pero, a pesar de todas las penurias que están pasando, “algunos hasta te sonríen”, cuenta José Antonio.
A otra de las personas que el equipo conoció en su viaje es Sadike Meshuma, que lleva seis años en el campo. Fue un conflicto armado lo que le trajo hasta aquí. Vive con su mujer y sus dos hijos, un bebé y una niña pequeña. Pide ayuda para sacarlos adelante y se queja del dinero que les piden para tener acceso a los servicios básicos para sobrevivir.