A pesar de haber permanecido impasible al ver a Adrián, Samira ha terminado sincerándose con él. La tronista ha insistido en que jamás quiso que se fuera y que tras su marcha, se sintió abandonada a la primera de cambio. Sigue pensando que Adrián ha sido un pretendiente diez y que nunca le ha dejado de importar, aunque haya estado unos días ausente. Además, ha sentido miedo de que le ofreciesen el trono de Iván y que éste aceptase la propuesta. Por su parte, Adrián le ha explicado los motivos por los que decidió tirar la toalla. El pretendiente llevaba cinco meses luchando por conquistarla, empezó a sentir que su relación en enfriaba y creyó que su historia no iba a llegar a buen puerto, por lo que pensó que lo mejor era cortar por lo sano.