Rym estaba enfadada con Albert por la confidencia e intentó mantener las distancias durante todo el encuentro sin embargo, la sonrisa volvió a su cara cuando comprobó que Albert no intentaba por todos los medios robarle un beso. La tronista se hizo la dura y le advirtió a Albert que Rubén había entrado pisando fuerte, pero él está convencido de que no es rival y que lo importante es que Rym se olvidara de su baile nocturno.