Jesús ha regresado al plató cuando Bárbara estaba argumentando que Yanira se había enamorado de Jesús y que él había sentido miedo. Jesús ha intentado explicar que él no quería tirar la toalla y que solo había intentado transmitir los miedos y las dudas que le habían surgido. Yanira no le echa la culpa a Jesús porque a ella le paso lo mismo con él, tiene miedo a que su relación de pareja no funcione. Los dos están en la misma situación, pero Jesús quiere seguir luchando y Yanira ya no está dispuesta a seguir conociendo a una persona que se ha enfriado con ella.