Desde su primera cita, Yera y Silvia han jugado a resistirse a unos besos que estaban deseando darse y al tronista le gustaba evitar los labios de su pretendienta porque eso hacía que le gustara más cada día, pero en la tercera cita no han podido contenerse más. Yera y Silvia han decidido olvidarse de las cobras y besarse apasionadamente. Eso sí, los besos de Silvia no han sido los que más le han gustado a Yera.