Las obras han llegado a su fin. Los Salazar se han despedido del campo y regresan a sus hogares. La primera en ver su nuevo suelo ha sido Raquel, quien no solo se ha mostrado enamorada del mismo (al que le canta para que brille más) sino que obliga a todo el mundo a descalzarse para que no lo estropee. Después ha sido Noemí quien ha disfrutado del resultado final de las obras que ha llevado a cabo en su casa: cocina nueva, suelo brilli brilli y dormitorio principal renovado. Pero… un momento, ¿tiene Raquel celos del nuevo piso de su hija? ¡Dice que el suelo de Noemí brilla más que el suyo!