Después de tres meses entre rejas, Ignacio González atraviesa sus horas más bajas y pide al juez salir de la cárcel por un grave deterioro físico y psíquico. Apelan a lo que vio el magistrado en su última declaración, mencionan su fortísimo arraigo familiar y ofrecen alternativas de todo tipo como fianza, comparecencias, arresto domiciliario, pulseras, retirada de pasaporte, intervención de sus comunicaciones y hasta que le corten el Wifi.