Charlamos con un hombre que dormía en una vivienda cercana al lugar en el que los Mossos abatieron al quinto terrorista en Cambrils: “Nos despertaron los disparos, parecían petardos grandes y oíamos a mucha gente gritar, las sirenas…” Cuando se asomó a la ventana, vio un coche parado y un hombre en el suelo: “Seguía moviéndose y parecía que tenía explosivos pegados al cuerpo, les asustaba que los pudiera detonar”.