La surrealista historia del tatuaje de Las Vegas de un soltero de ‘First Dates’: “Todo el mundo se ríe cuando lo cuento”

  • Ainhoa no puede contener la risa ante la anécdota de Fran y Estados Unidos

  • Ainhoa busca a un chico que sea “genial”

  • Fran y Ainhoa se asustan al comprobar la cantidad de cosas que tienen en común

Fran y Ainhoa se han asustado de la cantidad de cosas que tenían en común y sobre todo, se han reido muchísimo compartiendo las anécdotas de sus viajes. Ambos son un desastre cuando viajan y Fran decidió tatuarse su experiencia en Estados Unidos para no olvidar lo que le pasó.

Ainhoa es odontóloga y una apasionada de las emociones fuertes. Le encanta practicar deporte al aire libre y sentir adrenalina a tope. Busca a un chico que además de guapísimo, rubio y con ojos azules, sea genial.

Fran está estudiando para ser entrenador personal y también practica deportes de riesgo pero sobre todo, ha soltado un “¡Wow!” cuando ha visto a Ainhoa. Él ha sonreído y ella como odontóloga también le ha dado el visto bueno.

Durante la cena han hablado de crossfit y de algún otro deporte, y se han sorprendido porque tenía muchísimas cosas en común de las que podían imaginar. A Ainhoa le ha asustado un poco que Fran hubiera tenido cuatro relaciones y que no hubieran durado más de un año ninguna, pero él le ha confesado que aunque alguna vez ha sido “picaflor” cuando está en pareja es un tipo serio.

A los dos les encanta el rock, pero a Ainhoa los tatuajes no le apasionan y si tuviera que elegir, preferiría que su cita no llevara una dilatación en la oreja. Algo que a Fran no le ha importado porque tiene claro que todo, todo de él no le podía gustar.

Con la sensación de que ya se habían conquistado mutuamente, Ainhoa ha querido saber si Fran le acompañaría a recorrer Estados Unidos y él le ha contado una divertida anécdota de un viaje fallido que intentó hacer al país de los sueños. Según le ha contado el soltero, los tatuajes que luce en su brazo de Las Vegas y la Ruta 66 americana, tienen un motivo.

Fran tenía un amigo que trabajaba en Estados Unidos y que le dijo que se fuera con él a trabajar allí. Él decidió cruzar el charco y se marchó para allá con el visado de turista de 90 días y cuando intentó entrar en el país, le deportaron. Asegura que es un auténtico desastre cuando viaja y hasta eso lo tiene en común con Ainhoa.

Ya en la sala de la decisión final, ambos han tenido claro que juntos podían ser un peligro viajando, pero que tenían tantas cosas en común que habían sentido miedo y que querían seguir descubriendo y compartiendo cosas mutuamente.