Un paseo, un baile, unos bombones, unas vacaciones en Peñíscola, un “cada uno en su casa”… La cita de Carmen y Pedro ha tenido todos ingredientes de una cita entre dos personas que se quieren enamorar y a las que solo les han faltado dos centímetros para conectar.
Con 85 años a sus espadas y la ilusión de dos solteros de 30, Carmen y Pedro han venido a ‘First Dates’ en busca de una persona con la que disfrutar lo que les queda de vida. Carmen esperaba a un hombre tan alto y tan guapo como lo era su marido, pero al ver que Pedro comenzaba la cita regalándole unos bombones ha sentido que igual podía cambiar de opinión. Eso sí, los bombones no se los va a comer “yo no como bombones, se ponen en los michelines y a mí no me gustan los michelines”.
Pedro está buscando a una mujer con la que vivir la vida y Carmen le ha dejado claro que ella vivir no va a vivir con nadie. Ambos son adultos y con manías que no tiene por qué cambiar a estas alturas de la vida. Eso sí, bailar, pasear, viajar, tomar un café, salir, entrar… “Lo que quieras”.
A Carmen no le ha desagradado la idea de convertirse en la idea de viaje de Pedro “Tengo un apartamento en Peñíscola y podemos recorrernos España juntos”, pero ha sentido que más allá de amigos no iban a ser “Me gustaría que fuera igual que yo o un poquito más alto”.