Alexander vive junto a Silvia el primer día del resto de su vida: “Voy a dejar de ser un golfo”

  • Alexander “He sido el tío más malo de Mallorca”

  • Silvia cala a Alexander desde el minuto cero: “La primera impresión no ha sido buena”

  • A Alexander le gustan las mujeres gitanas: “El reto de los prohibido”

Alexander ha cruzado las puertas del restaurante de ‘First Dates’ con una ensaimada en la mano, definiéndose como “el tío más malo de Mallorca” y convencido de que iba a vivir el primer día del resto de su vida. Sin embargo, tan solo unas horas después, se ha dado cuenta de que no iba a ser tan fácil cambiar de un día para otro y ha cruzado los dedos para que Silvia le diera calabazas, no quería hacerla sufrir.

Convencido de haberse portado muy mal con las mujeres y tras pedir perdón a sus parejas “he sido un golfo y he sido malo con ellas”, Alexander ha conectado a la perfección con Matias y le ha contado a Lidia su debilidad por las mujeres gitanas “Me llaman la atención las mujeres gitanas, son mujeres prohibidas”. De hecho, tiene dos hijos con dos mujeres de etnia gitana.

Silvia, madre responsable o mujer alocada dependiendo de la semana, ha tenido la sensación a primera vista que Alexander no era para ella. La coletilla que luce el soltero no le ha convencido y desde el minuto cero se ha dado cuenta de que era un pieza y que por mucho que lo dijera no iba a cambiar: “Quién golfo es, golfo se queda”. Sin embargo, ha agradecido que el mallorquín fuera un tipo tan abierto y sociable, y se lo ha pasado en grande en la cita.

No ha podido parar de reír al escuchar a su cita decir que se dedicaba a la venta de coches “Compro coches y los vendo igual pero más caros” o contarle anécdotas de su mascota “Tengo un hámster con los ojos azules como yo”. Silvia se lo estaba pasando tan bien que no ha podido evitar contenerse cuando ha sonado la música.

Alexander también se lo ha pasado muy bien e incluso ha sentido una atracción especial al ver bailar a la joven, pero se ha dado cuenta de que no iba a salir del restaurante convertido en otra persona y ha respirado tranquilo cuando ella le ha dado calabazas.