La palabra divorcio no entra en el vocabulario de una soltera de ‘First Dates’: “Has tirado 11 años de tu vida”

  • Luna no concibe la convivencia fuera del matrimonio: “Es para toda la vida”

  • Iván reprocha a Luna que no le haya ofrecido probar su postre: “No me gusta compartir mi plato”

  • Iván ha perdido 60 kilos y tiene un nuevo amor: “Estoy enamorado del gimnasio, voy 6 días a la semana”

Iván y Luna se han gustado, pero cuando se han ido descubriendo durante la cena que había cosas que les separaban por completo. Ella es una mujer religiosa que no cree en el divorcio y que no está dispuesta a dormir con nadie hasta que no esté casada.

Iván es un afiliado al Atlético de Madrid y solo hablar de su equipo le pone los pelos de punta. Ha perdido 60 kilos y en este momento está enamorado del gimnasio, voy 6 días a la semana. Ha tenido varias parejas y busca a una chica fitness, educada, conservadora y que sepa guardar un tiempo para la pareja y sus amigos. No se imagina “Teniendo una relación con una chica de Podemos, pero me imagino con una de Vox, a muerte”.

Luna, su cita, siempre tiene en mente a Dios y no hace cosas malas porque sabe que siempre la está mirando. Es una mujer cariñosa a la que le encanta ir con su pareja de la mano y tratarle como un bebé. Al verla, Iván ha tenido la sensación de que físicamente era “un cañón” y no le ha importado nada que fuera de origen peruano.

Ya en la mesa, Iván le ha contado a Luna que él trabajaba en el Metro de Madrid y ella le ha contado que es socorrista y que suele vivir seis meses en España y seis meses en Perú “donde esté el sol allá voy”. Algo que al soltero le ha frenado en seco porque eso de estar con una persona seis meses sí y seis no, no lo ha visto claro.

Luna también le ha contado que hace deporte, pero que sobre todo le gusta ayudar a correr a niños invidentes, ayudar a los demás le produce mucha satisfacción y le hace sentirse feliz. A la soltera le ha gustado saber que su cita era un tipo muy familiar que daba mucha importancia a la familia y que quería tener un plan de vida en común sin embargo, se ha asustado al saber que había roto su primer matrimonio tras once años de relación.

En la mentalidad religiosa de Luna no cabe la posibilidad de un divorcio y ha sentido que Iván era un tipo inestable por haber roto su pareja tras once años. Él le ha explicado que el amor tiene una fecha de caducidad y que no quería alargar algo que ya no funcionaba, pero ella ha sentido que había tirado once años de su vida y que a ella también la podía dejar en un momento dado.

Siguiendo con el tema de las relaciones, Iván ha alucinado al saber que Luna no concibe la convivencia si no es dentro del matrimonio y que estuvo 17 años guardándole el luto al padre de su hijo “un amor del colegio”. Él es una persona muy cariñosa, que no cree que pueda estar más de un mes sin sexo.

En el momento de la decisión final, Iván le ha reprochado a Luna que no le ofreciera un poquito de su postre de chocolate y ella se ha puesto muy nerviosa, y le ha explicado que no le gustaba invitar a nadie de su plato y que no quería seguir conociéndole porque tenían cosas que les separaban mucho.

Iván ha respetado su decisión, le ha dicho que le había encantado que ayudara a niños invidentes y que le parecía una mujer maravillosa, pero que en el tema sentimental no creía que tuvieran suficientes cosas en común para seguir conociéndose.