Cristina ruboriza a su cita en ‘First Dates’: “Tienes molletes”

  • Cristina buscaba a un chico “fuerte y que tenga de dónde coger”

  • Carlos no puede comer pescado: “Entre irnos al hospital o irnos a tomar algo, prefiero ir a tomar algo”

  • Carlos es el chico cervecero y futbolero que consigue ruborizar a Cristina: “Yo no tengo vergüenza y mira cómo estoy”

Tras seis años de soltería, Cristina ha venido a ‘First Dates’ en busca de un chico al que le gustara la cerveza, el fútbol y que tuviera de dónde agarrar. Tres cualidades que Carlos tiene y que la han vuelto loca.

Cristina es una persona habladora y extrovertida, tanto que a veces hasta ella se cansa de escucharse. Ha tenido dos relaciones y las dos han fallado por falta de confianza. No se acuerda de cómo es el terreno amoroso porque ya lleva 6 años soltera. Busca a un chico que no mienta, que sea hablador, alto, fuerte o con chicha “que tenga de dónde coger”. Además, si le gusta la cerveza y el fútbol, ella encantada.

Carlos, su cita, se define como un terremoto al que le gusta hacer un montón de cosas. Al verle, Carlos Sobera no se ha podido contener y le ha soltado un “estás cuadrado” y al escuchar que se pedía una cerveza todos han estallado de felicidad. Cristina ha sentido que conocía a Carlos de algo, pero ha debido ser pura casualidad porque luego lo ha estado pensando y no viven lejos, pero no parecían tener ningún nexo de unión. El presentador le ha dicho que “cuando conoces al amor de tu vida parece que le conoces de toda la vida”.

Cristina ha comenzado la cita muy nerviosa, pero al saber que a Carlos también le gustaba el fútbol y que ver un partido del Valencia con unas cervezas le parecía un planazo se ha relajado. Él le ha preguntado por sus hobbies y a los dos les gusta mucho el deporte y hacer aventuras de fin de semana.

La soltera estaba encantada con su tataki de atún y se ha sorprendido al saber que Carlos no quería probarlo. Ha sentido que no le gustaba el pescado o que podía ser vegetariano, pero lo que realmente pasaba es que su cita es intolerante al pescado y al marisco “entre irnos al hospital o irnos a tomar algo, prefiero ir a tomar algo”. Ella ha estado completamente de acuerdo y le ha propuesto “unos gin tonics”.

Cristina y Carlos han hablado de sus respectivas edades y ella ha respirado tranquila al saber que llevaba un año sin pareja porque no ha tenido buenas experiencias. O le dejaban porque habían vuelto a hablar con la ex o le han hecho alguna que otra bomba de humo.

En el reservado, los nervios y la vergüenza se han apoderado de la joven. Estaba deseando dejarse llevar, pero le ha costado un poquito meterse en la maravillosa atmósfera que se había creado entre ellos. Cuando lo ha conseguido, se ha dado cuenta de que Carlos tenía todo lo que estaba buscando y que quería más.