Antes de que el reportero del programa de Cuatro empieza a preguntar, la juez sale a la defensiva: “No hemos falsificado nada. La que miraba los expedientes era de la secretaria, yo no”, cuenta. A pesar de que reconocer que tenía sospechas en las bodas, la mayoría entre egipcios y gitanas, ella alega que no puede evitar que la gente se case. “Mi cometido es casar, no preguntar por qué se casan”, dice.