Después de haber visto como Luis Lorenzo y Arancha Palomino abandonaban a la tía Isabel en un restaurante de un centro comercial de Madrid, los médicos que la atendieron en sus últimos años de vida han declarado ante el juez.
En los testimonios de hoy, hay una médico que la atiende en Madrid y es la primera persona que le diagnostica demencia a la tía Isabel. Según cuenta, Arancha Palomino acude a su consulta con la tía Isabel y le exige que le diagnostique demencia porque se le olvidan las cosas. "Me fuerza a diagnosticarle que tiene demencia", cuenta Nacho Abad sobre el testimonio de la médico.
En un primer momento, la profesional sanitaria acepta recetarle una medicación a la tía Isabel ante la insistente demanda de su sobrina. Pero cuando la familia de Isabel va a visitarla y la lleva de vuelta a Asturias, su médico le quita la medicación porque considera que la mujer está bien y no tienen ningún tipo de enfermedad.
La sobrina de la tía Isabel la trae de vuelta a Madrid y la empieza a medicar, concretamente con cuatro antisicóticos. Cuando Arancha Palomino consigue que le vuelvan a diagnosticar a su tía demencia, la lleva al notario para que cambie la herencia y salga ella beneficiada.
Cuando Arancha Palomino vuelve al notario, la tía Isabel está tan medicada que ni siquiera habla y es incapaz de recordar nada, por lo que el notario se niega a darle los documentos y el acceso a las cuentas.