Víctor Tasende se golpeó la cabeza contra el fondo de la piscina en 2005. Estando bajo el agua se dio cuenta que no se podía mover. Él mismo cuenta en su blog que los minutos hasta que llegó la ambulancia fueron interminables: “No notaba nada más que mis lágrimas corriendo por mis mejillas”.

Se había lesionado la zona medular y cervical. Le operaron de urgencia y los médicos le diagnosticaron una tetraplejia incompleta y que “quizás no poder moverme nunca” o tal vez conseguiría “valerme algún día por mí mismo”.

Tasende se prometió a si mismo que lo conseguiría y que haría el Camino de Santiago cada año. Ya lleva 13. Además, ha participado en varios Ironman y recorrido el desierto en bici.

“La peor desgracia de mi vida fue el mejor regalo de mi vida”, cuenta Tasende en su blog, donde narra cómo ha conseguido que tras el accidente dar unos pasos en su casa era un reto y hoy sus retos son las grandes pruebas deportivas. “El deporte ha sido la mejor medicina que conozco”, asegura.

Este joven gallego de 31 años dice que “peleo por lo que quiero, y me dejo el alma y la piel para conseguirlo, me motivo cuanto más adversas o dificultosas son las situaciones, y me enfrento al miedo para que me sirva de aliado con el fin de conseguir mis objetivos y superarme”.