Flotar en un tanque con agua y sulfato de magnesio –comúnmente conocido como sales de Epsom- no es algo desconocido: ya en los años 70 era una moda practicada por hippies con posibilidades (John Lennon utilizó esta terapia para dejar la heroína en 1979). Tras ser muy empleada para la recuperación de atletas y deportistas, y después por famosos y celebrities, la moda de la flotación ha llegado a los ricos.
Según The Wall Street Journal, los millonarios gastan decenas de miles de dólares instalando estos tanques. Se venden como una forma de recuperación muscular y como un estimulante de la creatividad, además de relajante a través de la meditación.
Los fabricantes de los tanques recomiendan tumbarse, relajarte y dejar que la sensación de ingravidez te invada. Hay gente que prefiere empezar la sesión con música, que desaparece a los 5 minutos, por lo que después quedan 25 minutos de silencio y completa relajación, que muchos comparan con el nirvana.
La flotación ayuda a calmar el sistema nervioso simpático y quita presión a músculos y articulaciones, informa Men’sHealth.
Entre sesiones, el agua es filtrada y purificada usando luz ultravioleta y peróxido de hidrógeno.Los tanques suelen tener forma de huevo, pero también se están popularizando tanques de armario con entrada lateral, donde el techo queda más alto.
No todo el mundo puede tener algo así en casa, que requiere una toma de corriente, una entrada de agua y un desagüe. Por eso, muchos centros comerciales y spas están instalándolos para ofrecer este servicio.