Un pediatra cuenta que no colaboró con los padres de Nadia porque no tenían un informe médico

Noticias Cuatro 03/10/2018 18:18

Se trata de una médico forense del Instituto de Medicina Legal de Lleida que ha asegurado, durante la segunda sesión del juicio del caso Nadia, que de ninguno de los informes de la menor se desprende que haya un "riesgo inminente" de muerte, tal y como afirmó ayer en su declaración el padre, Fernando Blanco.

Según la médico forense, se puede afirmar que una persona con una enfermedad genética de este tipo tiene una esperanza de vida menor que el resto, pese a lo cual, actualmente "hay personas con la misma enfermedad que todavía viven con 30 años". En relación con las supuestas punciones que Nadia recibió en la nuca para llevar a cabo un tratamiento experimental sobre mutaciones genéticas, la médico ha informado de que este tipo de prácticas en la actualidad se pueden llegar a realizar a modo "experimental".

Por otra parte, el director asistencial y pediatra del Hospital de la Seu d'Urgell, Jordi Fàbrega, ha explicado mediante videoconferencia que los padres de Nadia se negaron a entregar al hospital cualquier informe que acreditara la enfermedad de su hija. En este sentido, el pediatra ha asegurado que, pese a entender que los padres tienen el derecho de no entregar la información, "sí que nos sorprendió porque teníamos otros niños con enfermedades raras y los padres siempre nos los explican todo".

Además, ha añadido Fàbrega, desde el Hospital de la Seu d'Urgell ofrecieron a los padres de Nadia derivar el tratamiento de la menor al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ya que existe una unidad especializada en enfermedades raras. Pese a que la amplia mayoría de los tratamientos hubieran entrado por la sanidad pública, los padres de Nadia, ha asegurado el pediatra, denegaron dicha ayuda.

Preguntado por los posibles tratamientos que recibió Nadia en Houston (EEUU), Fàbrega ha explicado que compañeros del Hospital de la Seu d'Urgell se pusieron en contacto con centros de esta ciudad americana y en ninguno de ellos tenían constancia de que existieran ese tipo de terapias.

Esperanza hasta los 40 años

También ha daclarado un dermatólogo del Hospital Clínic de Barcelona ha declarado que conoce casos de personas con la enfermedad de Nadia que superan los cuarenta años y que hasta donde él sabe "no hay un remedio curativo".

Ha explicado que analizó cabello de la niña --incluso había traído una muestra de pelo a la sala de vistas-- y ha remarcado que en los casos que él conoce no hay ningún paciente que falleciera antes de los diez años.

Otros médicos, en la misma línea, han explicado que la enfermedad, que genera alteraciones cutáneas y de desarrollo, no es terminal.

"Han mentido los dos"

También ha prestado testimonio una vecina de Fígols (Lleida) que cuidó a la menor Nadia cuando detuvieron a sus padres ha explicado en el juicio que la menor le contó que solo había viajado a París y a Mallorca, y que nunca había estado en Estados Unidos.

Esta vecina, de iniciales M.C., y madre de una niña del colegio al que acudía Nadia ha relatado que la menor pasó en su casa la noche del 7 de diciembre de 2016, cuando los Mossos d'Esquadra detuvieron a sus padres, y que la madre, Margarita Garau, durmió en la comisaría de la Seu d'Urgell y quedó en libertad, mientras el padre fue enviado a prisión preventiva.

Según su relato, la madre la llamó el día que la detuvieron y le pidió si podía recoger a Nadia y cuando entró en la comisaría vio a la madre fumando y a Nadia jugando con una agente de los Mossos d'Esquadra, y se llevó a la menor a su casa; los padres perdieron tras estos hechos la custodia de la menor.

La niña sufría alzheimer

Ha recordado que ella y su marido muchas veces le habían propuesto al matrimonio que Nadia se quedara a dormir en su casa y que siempre les respondían que no era posible porque la pequeña tenía Alzheimer y cuando se despertaba, durante unos diez minutos, no reconocía a nadie.

"Llegamos a casa, Nadia cenó, le puse un colchón al lado de mi hija, durmió once horas, se despertó y me llamó por mi nombre, pensé que eran un pedazos de estafadores profesionales", ha relatado.

En su declaración ha explicado que conoció a la familia en el cumpleaños de su hija, un mes de septiembre y que durante el primer año, Fernando Blanco y Margarita Garau solían invitar a su familia a restaurantes.

Ha dicho que ambos llevaban buena vida y tenían buenos coches y que un año después de conocerse empezaron a explicar que necesitaban dinero para operar a la niña y que el padre tenía cáncer.

"Lo decían indistintamente, pero él llevaba la voz cantante. Han mentido los dos, Marga ha mentido igual que él", ha afirmado.

Ha contado que en vísperas una fechas navideñas, antes de celebrar un belén viviente en el colegio, en la reunión en la que se repartieron los papeles de los niños Garau se puso a llorar y dijo que agradecía mucho que le dieran a su hija el papel de ángel, pero que seguro que no llegaría a Navidad si no tenían el dinero para operarla.

La imagen de los acusados

Si ayer Fernando Blando y Margarita Garau se mostraron cómplices, hoy la pareja se ha sentado separada por una silla. Blanco ha vuelto a la sala vestido con chaqueta. Garau si ha seguido mostrando la imagen de compungida de ayer.

Ayer, durante su declaración, Fernando Blanco, el padre de Nadia, repitió que llevó a su hija al extranjero para operarla varias veces pero no concretó donde. "En una clínica en París", dijo. El fiscal lo acorraló a pesar de su seguridad. Nadia no tenía ni pasaporte.

Blanco no fue capaz de aportar pruebas médicas de ningún tipo. De hecho, del más del millón de euros que recaudaron en donaciones, solo justificaron 2.000 euros en gastos médicos.

Margarita Garau insistió en que tenía plena confianza en su marido y que era él quien llevaba las cuentas de las donaciones y de la asociación. Él la exculpó de toda responsabilidad económica.

Ambos, que se enfrentan a seis años de cárcel, perdieron la custodia de su hija en 2016. Desde entonces la niña vive con su tía materna. Margarita la visita los fines de semana.