Entre las causas que llevan a este hábito, que no solo es molesto sino, además, perjudicial para la salud, podemos encontrar las siguientes, según The Verge:
Dejarlo no es fácil, pero es importante hacerlo porque este hábito puede poner en riesgo la salud: al mordernos las uñas, nuestros dientes sufren y eso se puede traducir en un incremento muy considerable en la factura del dentista. Además, debajo de nuestras uñas se acumula una gran cantidad de suciedad que puede provocar infecciones en nuestro organismo. También puede darse el efecto contrario y es que en nuestra boca se acumulan muchas bacterias que pueden generar infecciones también en los dedos.