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Los rostros anónimos de la guerra
La exsargento Stacy Pearsall tuvo que abandonar la Fuerza Aérea de EEUU después de sufrir serias lesiones por una explosión de bomba en Bagdad, donde cumplía misión en 2004. Pearsall tuvo que colgar el uniforme después de que en el 2007 se resintiera su cuello y tuvo que abandonar la vida en activo. La mujer de 34 años eligió la cámara fotográfica porque comenzó a tener depresión y confiesa que este proyecto la salvó. Su iniciativa recoge imágenes de veteranos de la II Guerra Mundial, de Vietnam hasta militares de los conflictos bélicos más recientes, en Afganistán e Irak. Su objetivo es honrar a los hombres y mujeres que sirven en las fuerzas armadas de todo el mundo.
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La fotógrafa, una exsargento de la Fuerza aérea de EEUU
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