La familia de Laura Luelmo pide “una disculpa del Estado" que fracasó en la protección de su hija

Noticias Cuatro 31/01/2019 11:38

La familia Luelmo Hernández ha roto su silencio mes y medio después del asesinato de su hija de 26 años a manos de un exconvicto. En una carta remitida a las Cortes de Castilla y León, a la que ha tenido acceso ABC, acusa al Estado de “haber fracasado estrepitosamente al no ser capaz de garantizar el derecho a la vida y a la integridad física de nuestra hija al exponerla a un ser mostruoso que, habiendo pasado por instituciones penitenciarias con el fin último del cumplimiento de su pena y su total rehabilitación para la inserción social, en el momento en que sale en libertad comete de nuevo, en la persona de nuestra hija, los dos actos (asesinato y agresión sexual) por los que fue anteriormente condenado”.

El pasado 18 de diciembre se celebró un minuto de silencio por parte de los grupos parlamentarios de las Cortes de Castilla y La Mancha. Por eso piden en su misiva a los políticos que “actúen” y les advierten de que “algún día les puede tocar de cerca”.

La familia considera que merecen “bastante más” que un minuto de silencio. Piden “una disculpa y una petición pública de perdón del Estado por su tremendo fracaso en la no consecución del cumplimiento de la pena” del asesino confeso de su hija, Bernardo Montoya.

Montoya, ahora en prisión preventiva, tiene un largo historial delictivo, también por asesinato. Laura Luelmo tuvo la mala suerte de ir a vivir en la casa de al lado de este hombre, que solo llevaba dos meses en libertad.

La profesora zamorana se acababa de trasladar a Huelva para cubrir una suplencia en un instituto de la sierra onubense. Una compañera de trabajo le dejó la casa de El Campillo, que fue su trampa mortal. Según la autopsia, Laura fue violada y asesinada cruelmente y posiblemente estuvo agonizando dos días hasta morir.

Ahora la familia reclama el cumplimiento íntegro de las penas. Este tipo de delitos deben ser “real y duramente castigados” y “no sólo públicamente reprobados” para que “los asesinos y violadores reincidentes que no tienen ni han mostrado su voluntad de recuperación no puedan seguir violando y matando”.

La familia cree que la “buena conducta” en la cárcel no es significativa ya que “no se dan las ocasiones para que se reincida dentro de ellas”. “Los monstruos y seres perversos no pueden convivir en una sociedad a la que odian y contra la que van a seguir actuando”.

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