Un robot imita los movimientos efectuados por serpientes con movimientos con kirigami

cuatro.com 23/04/2019 17:02

La velocidad y la precisión de este androide se ha mejorado en esta última versión, que ha empleado una hoja de kirigami plana, que se transforma en contacto con el suelo. Además, el nuevo diseño tiene un envoltorio programable, que permite que los cortes de kirigami se adapten a la superficie establecida.

"Este es un primer ejemplo de una estructura de kirigami con deformaciones emergentes no uniformes", dijo Ahmad Rafsanjani, becario postdoctoral en SEAS y primer autor del artículo. "En un kirigami plano, la ventana emergente es continua, lo que significa que todo aparece al mismo tiempo. Pero en la cáscara de kirigami, la ventana emergente es discontinua. Este tipo de control de la transformación de la forma podría usarse para diseñar superficies sensibles y pieles inteligentes con cambios a demanda en su textura y morfología ".

Precisión mejorada

En este nuevo modelo, los autores del aparato decidieron emplear dos tipos de cualidades no vistas hasta el momento: ampliar el tamaño de los cortes y la curvatura de la hoja. De esta manera, los investigadores pudieron programar la propagación dinámica de ventanas emergentes de un extremo a otro, o controlar ventanas emergentes localizadas.

En una investigación previa, una hoja de kirigami plana se envolvió alrededor de un actuador de elastómero. En ese proceso, la superficie del kirigami se enrolla en un cilindro, con un actuador que aplica fuerza en dos extremos. Si los cortes son de un tamaño consistente, la deformación se propaga de un extremo del cilindro al otro. Sin embargo, si el tamaño de los cortes se elige cuidadosamente, la piel puede programarse para deformarse en las secuencias deseadas.

"Al tomar prestadas ideas de materiales de transformación de fase y aplicarlas a materiales de arquitectura inspirados en el kirigami, demostramos que tanto las fases estalladas como las no explotadas pueden coexistir al mismo tiempo en el cilindro", ha concluido Katia Bertoldi, profesora de Mecánica Aplicada en SEAS y autor principal del artículo.

Te interesa