Dos jóvenes alemanes recorrieron 500 kilómetros desde Hamburgo hasta la ciudad de Lubomierz, en Baja Silesia, para encontrar un tesoro escondido. Para dar con él, siguieron las indicaciones de un mapa que había sido dibujado por su abuelo ya que aseguraba que él mismo había enterrado el tesoro antes de dejar la ciudad en 1952, tal y como informa el portal de la ciudad Lubomierz.pl.
Cuando llegaron a la ciudad, ambos pidieron ayuda a una vecina de la localidad para que les dejara una pala. La mujer, a la que le pareció extraño este comportamiento, llamó a la policía que no permitió llevar a cabo la excavación hasta que no contaran con el permiso oficial. Cuando la orden llegó, la policía acompañó a los chicos en la búsqueda.
Finalmente, el abuelo tenía razón y en el lugar encontraron monedas del siglo XIX, varias joyas, un reloj y una cigarretera de 1935. Todos los objetos fueron enviados a analizar y si se concluye que tienen un valor histórico pasarán a formar parte del museo de la ciudad.