Coches flotando, conductores salvados in extremis... Preocupante es también la situación que se está viviendo en parte de Italia, especialmente en Roma, donde una tromba de agua y de granizo cayó a última hora de ayer con tal fuerza que la circulación en varias calles quedó interrumpida.

Atrapados por la tormenta quedaron decenas de conductores en Roma. Al agua y el granizo había que sumarle el viento, que soplaba con una fuerza impresionante. Era imposible caminar por la calle.

La policía y los bomberos han tenido una ardua tarea, sobre todo socorriendo conductores atrapados. El agua en algunas zonas de Roma ha alcanzado el metro y ha impedido la circulación. La tromba de agua ha dejado una de las principales arterias de la ciudad colapsadas y tenida de blanco, incluso la Basílica de San Sebastián, famosa por sus catacumbas, ha quedado completamente anegada.

No solo los conductores se han visto afectados. Los vuelos del aeropuerto de Fuimicino tuvieron que ser desviados y algunas estaciones de metro cerradas porque el agua entraban en ellas como una enorme torrente.

Hoy se espera una bajada drástica de las temperaturas que complicarán aún más, si cabe, la situación.